ENTRADA RECIENTE

LOS TANA TORAJA (A CUESTAS CON LA MUERTE)

J.J.D.R.
A cuestas con la muerte toda una vida, cargando con el peso entregado por la parca, transformado en polvo y huesos, recuerdos arrinconados en el fondo de un armario con ruedas. Obvio es que todos llevamos la carga de nuestra propia muerte desde el día que nacemos, pero en un rincón de nuestro planeta, en procesión y posesión del ritual mortuorio que rige su cultura, los Tana Toraja cargan con sus muertos a cuestas hasta que logran rendirle el tributo necesario que conforme el cobijo eterno del difunto en el más allá como dictan las normas estrictas impuestas por sus ancestros.

POBLADO TORAJA
Imbuidos por una telaraña espesa de bosques infranqueables y quebradas rocosas que guardan el aliento del bambú cuando roza el viento entre los barrancos y valles, las montañas de Sulawesi ocultan el secreto de la jungla milenaria, de la misma manera que el viejo chamán anhela esconder cierto brebaje oportuno que sabe revitaliza y da la vida.

CEMENTERIO TORAJA
La espesa selva que rodea las montañas de la que fue conocida como isla Célebes-,hoy día Sulawesi y una de las cinco islas más grandes de Indonesia-, es el hogar de los Tana Toraja. Un poblado Toraja es reconocible fácilmente por sus viviendas llamadas Tongkonan, estructuras que se elevan sobre grandes pilares de madera bellamente talladas y de vivos colores que culmina en una techumbre que a simple vista parece emular la cuerna de un búfalo (animal sagrado para esta etnia Indonesia). Por lo tanto, desde una leve altura, es posible distinguir en la lejanía un poblado Toraja gracias a las puntiagudas bigas curvadas de sus techos de madera, inalterables entre la maleza que gobierna los húmedos valles de Sulawesi. 


Arquitectura tan particular, obedece al hecho de evitar en lo posible las grandes precipitaciones de la región, además de servirse de sus cuatro enormes pilares para eludir la incómoda visita de animales inesperados como las enormes ratas que pululan por la zona. También se dice que la tradición de construir los Tongkonan, viene legado por la impresión que causó en el pueblo Toraja contemplar la llegada de los primeros barcos a sus costas procedentes de ultramar, queriendo con ello emulara la geometría de los cascos de los navíos en los tejados de sus casas. También se dice que se debe a la intención de revestir sus hogares con la forma que posee- como ya comenté anteriormente- la prominente cuerna del búfalo, su Tótem sagrado. Sea como fuere, dado de que hablamos de un pueblo cuya tradición oral se pierde en los albores del tiempo, lo esencial es contemplar la belleza arquitectónica de sus poblados.


La Tierra de los reyes celestiales, así llaman a Sulawesi, es un enorme paraíso de grandes contrastes. Los pequeños poblados Toraja se diseminan entre espectaculares terrazas de arroz incrustadas en verdes valles protegidos por farallones vertiginosos que gobiernan el cercano cielo. Al entrar en un poblado Toraja se puede distinguir a la clase alta de la tribu por los peldaños que hay en sus viviendas así como por el número de cuernos de búfalo que decoren sus fachadas. A más escaleras, mayor poder económico de la familia. A mayor número de cuernos de búfalo, mayor será la posibilidad de dar un buen entierro digno a sus fallecidos. Y es que, de los Tana Toraja, si hay algo más allá del estilismo de sus viviendas que les diferencia del resto, es el estrecho vínculo que les une con la muerte durante toda su vida. 

ENTERRAMIENTO TÍPICO TORAJA (Foto es.fotopedia.com)
El mayor reto de un Toraja, y por ende en ocasiones su peor pesadilla, es rendir tributo a sus difuntos como marcan las normas de sus antiguos rituales. Atados a lo que a nuestros ojos puede parecer un contrato ineludible con la parca, han de ofrecer a sus congéneres fallecidos el mejor y más auténtico viaje hacia el más allá, en el cual no pueden faltar grandes y opulentos banquetes ofrecidos a los familiares que han de incluir la matanza de un buen número de cabezas de búfalos y otros animales. Fácil es entender que para aquellas familias poderosas económicamente este asunto no ofrezca mayor problema, pero para la gran mayoría de los Toraja significa ahorrar durante toda la vida para tal menester o bien endeudarse llegado el momento aún en detrimento de su bienestar social.

CEREMONIA RITUAL (Foto www.orientecelebes.com)
Acaecido el hecho luctuoso en el seno de una familia, si el dinero no les llega para sufragar los gastos de la ceremonia, venden posesiones como tierras o ganado, y se endeudan durante años, incluso durante varias décadas, por lo que el gobierno Indonesio viendo como muchas familias terminaban arruinadas, convenció a los Toraja de la necesidad de variar la cifra mínima de cabezas de ganado estipuladas para el sacrificio, ya  que un búfalo cuesta alrededor de 2500 euros, y 25.000 si el ejemplar es albino.

CUERNOS DE BÚFALO DECORANDO LA FACHADA DE UNA CASA
La ceremonia comienza tiempo después del fallecimiento. El cuerpo permanece en la vivienda de la familia donde ha sido conservado con flores y hierbas especiales que han sido inyectadas en el cadáver. Pero si la familia no dispone de dinero, el cuerpo puede pasar años e incluso décadas junto a la familia como si nunca hubiera muerto, cuidando con esmero de mantenerlo conservado en perfecto estado. Los niños que fallecen antes de que les hayan salido los dientes, son enterrados dentro del tronco de un árbol, porque entienden que aún pertenecen a la naturaleza y el alma del pequeño utilizará el tronco como cápsula que le llevará hasta el firmamento.

TAU TAU
Los tau tau son figuras de madera que suelen vestir ropas del difunto, también joyas e incluso el propio pelo del cadáver, y son regalo frecuente entre los miembros de la comunidad. Es muy curioso observar cómo encima de los sepulcros aparecen estas tallas de madera en balconadas de madera como si fuesen los difuntos observando pasar la vida.

Foto www.common.wikipedia.org
Una vez comienza la ceremonia ritual, que suele durar varios días, no se parará de sacrificar búfalos y cerdos, siendo la comida y la bebida dispensada en grandes cantidades y los hombres danzarán en su ritual llamado Mabadong, para que el muerto se sienta agradecido y pueda conseguir unirse a sus antepasados para desde allí cuidar de los suyos. Los familiares llegan desde innumerables aldeas perdidas en la selva. Cuando ocurre un fallecimiento en épocas de lluvias, debido al aislamiento que sufren muchas aldeas, la ceremonia se retrasará mucho más tiempo a la esperar que llegue el mayor número de familiares. Entre danzas y entrega de presentes-por norma general tabaco y licores, el centro del poblado se convierte en un auténtico festival de sangre, una orgía contundente de hematíes y vísceras, espectáculo macabro y desagradable donde los cuerpos de los enormes búfalos son despellejados y cocinados a la vista de todo el mundo.

ENTERRAMIENTO EN EL TRONCO DE UN ÁRBOL
Entre el clamor de las plañideras la comitiva termina por fin dando sepultura al cuerpo. Los difuntos son enterrados en nichos horadados en la pared de acantilados, como el que se encuentra en la localidad de Rantepao, o en pequeñas cavernas resguardadas entre una alfombra de huesos, tallas de madera (tau tau), y todo tipo de enseres que pertenecieron al fallecido. Finalmente los Toraja encuentran el sendero que los llevará hasta “puya” su cielo y lugar de descanso eterno.


Aún mucho más dramático y macabro resulta la tradición que lleva a cavo una rama de la etnia Toraja que vive en el área de Mamasa, los Toraja Mamasa. En un ritual conocido como Manene, cada tres años y en pleno agosto, los cadáveres son sacados de sus tumbas, son lavados, peinados, vestidos con ropas nuevas y después de supuestamente haber sido resucitados, regresan con ellos acompañados por todos sus descendientes y familiares hasta su aldea de nacimiento.

DE PASEO CON LOS FAMILIARES FALLECIDOS (Foto www.elnuevodia.com)

ACICALANDO A SUS DIFUNTOS


Aplacado por un océano vegetal, entre onduladas y simétricas terrazas de arroz y bajo un cielo que cambia de aspecto permanentemente, el pueblo Toraja rinde homenaje constante a la muerte, adornando hasta el infinito sus plegarias dirigidas a su panteón celestial, para que el sendero hasta el ocaso sea lo más plácido posible y los difuntos recién llegados se acuerden de ellos y velen por sus terrenales vidas.

Aportes y Datos:
Ocholeguas
http://www.ocholeguas.com/2009/07/16/asia/1247737311.html
Viajar por libre
http://www.viajaporlibre.com/blog/viajes-indonesia-sulawesi-tana-toraja/
Wikipedia
http://en.wikipedia.org/wiki/Toraja










Comentarios

  1. Hola Jorge, jo me he quedado que no se ni que decir, mira que hay en el mundo rituales sobre cuando mueren nuestros seres queridos pero caray con los Tana Toraja, ya no solo se conforman con cuidarlos después en casa si no tienen medios que luego cada tres años sacarlos a pasear, uffff que fuerte al menos para mi, yo no podría con esas tradiciones por lo doloroso que me resultaría, pero es lo que se suele decir que si ya desde que naces es algo que lo estas viendo..., pero es horroroso, y fíjate que hierbas les inyectaran para que se conserven bien, lo mismo que endeudarse de tal manera para celebrar la muerte, se que son costumbres diferentes a las nuestras pero que no entiendo eso, las mujeres al menos son guapísimas por la imagen de la niña que has dejado:), me gusta el articulo por lo curioso y lo que he aprendido con el ya que esto lo desconocía, pero mejor ellos allí y yo aquí:), cada vez querido amigo te superas, felicidades:)
    Gracias por estar y seguirme de nuevo:)

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querida amiga,
      Si echamos un vistazo a nuestro alrededor, podemos comprobar que el culto a la muerte está en cada religión, en cada cultura, en toda sociedad y cada pueblo lo exhibe de una manera distinta. Es cierto que no es fácil entender ciertas costumbres, pero. aunque lo ignoro, apostaría que a ellos les resultará difícil comprender que, por ejemplo, se incineren los cuerpos.
      Son rituales chocantes y eso que premeditadamente no quise añadir fotos de lo sangriento que resultan sus sacrificios, (demasiado desagradable).
      Pero he de decirte que bajo mi punto de vista, ajeno como me siento a cualquier atadura religiosa, que me resulta apasionante comprobar cómo de variado y particular es el universo, ya sea cósmico o terrenal, según el lugar donde hayas nacido. Y por último, quiero que sepas amiga, que aunque no lo puse en el artículo(de manera intencionada) buena parte de los Tana Toraja (y de Indonesia) son cristianos, aunque siguen conservando sus ritos ancestrales.
      Un abrazo.

      Eliminar
  2. Subscribo totalmente lo dicho por Piru.
    Es tan impactante el artículo de hoy que chocan opiniones, respeto y condena al mismo tiempo.
    Y digo esto querido Jorge con el ánimo de desglosar un poquito las tres cosas siempre y por supuesto desde mi erróneo punto de vista.
    Respeto:
    Porque cada uno interpreta su religión como más le plazca a pesar de que (como bien dices) la muerte sea el el motivo más trascendental en este caso de la vida.
    Opinión:
    Como ya he dicho seguramente errónea al haber sido educado en otra cultura y sobre todo por creerme pensador y hombre con cierta pasión por el razonamiento (ojo repito, no certero seguramente), no puedo comprender el sometimiento de las familias de por vida inducidas por creencias religiosas que como siempre benefician a los poderosos.
    Condena:
    Sin ser quien para hacerlo, en primer lugar por lo anteriormente expuesto del sufrimiento familiar y en segundo lugar porque ya sean fiestas o funerales, termina pagándolo la propia naturaleza a la que se dice veneran.
    Horribles huecos en los árboles y sacrificios desmesurados de animales por aparentar una opulencia inexistente.
    ESto como bien sabrás es lo más doloroso para mí.
    Dicho mi humilde punto de vista, mi sombrero cae en reverencia una vez más ante tu talento querido amigo, ya en tu antiguo blog iba de asombro en asombro pareciendome insuperable y una vez más te he subestimado y pido perdón por ello.
    Eres muy necesario amigo en este mundillo donde los demás vamos a remolque de ingenios como el tuyo.
    Un abrazo grande.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Querido amigo,
      Y por qué a de ser errónea tu opinión. Yo no creo que en este caso haya opiniones erróneas o acertadas. Los Tana Toraja llevan realizando esos rituales desde siempre, son tan antiguos e importantes para ellos como su propia identidad como pueblo, tanto, que su vida termina girando en torno a su muerte porque entienden que pasan a un plano superior, a un estadio diferente, espiritual, y para ello hay que realizar unos pasos concretos que son de gran importancia. Estoy convencido de que su ritual a sido modificado con el paso del tiempo, y que lo que antes podía consistir en el sacrificio de un animal-por otro lado muy habitual hoy día en gran parte de pueblos de nuestra geografía, aunque se haga con motivos bien distintos-
      se ha convertido en un festejo de apariencias sociales, donde el que más posee y más animales mata mayor y mejor descanso eterno obtendrá su difunto. A nuestros ojos es impensable. Y como le he comentado a Piru, no he querido añadir fotografías que hieren la vista mostrando la masacre que llegan a realizar con los animales. Por su puesto, no me siento simpatizante de actos de tal calibre, pero no es menos cierto que aberraciones iguales o mayores se cometen todos los días en mil y una ciudades del mundo, eso sí, no las vemos porque están ocultas bajo nombres que nos resultan cotidianos como mataderos, fábricas de despiece etc...
      Siempre me ha llamado la atención las diferentes maneras que existen de concebir aspectos tan transcendentales como la propia vida o la muerte por pueblos de diferentes etnias y culturas. Es más, los Toraja son en gran parte cristianos, aunque parte de su acervo ancestral y colectivo no le ha sido arrebatado. Lejos de parecerme morboso ni nada por el estilo, creo de gran importancia que prevalezcan sus costumbres, aunque nos puedan parecer carentes de sentido, extrañas o incluso obscenas.
      En cuanto a tus últimas palabras, aunque las estimo en grado altísimo, ir a remolque mío sería como ir cuesta a bajo y sin pedales, pues no aporto más que curiosidades de aquí y de allá, escritas de manera muy básica por alguien que nunca fue ni será maestro de nada, aunque pretenda ser un poco aprendiz de todo.
      Estimo mucho tus palabras querido amigo. Un fuerte abrazo.


      Eliminar
  3. Hay que reconocer que hay ciertas costumbres ancestrales que chocan de frente con la vida moderna. Yo lo que dedúzco de tu interesante reportaje es un gran respeto por los familiares muertos, algo de lo que deberíamos aprender en esta sociedad donde no se respeta a los vivos.
    Muy buen trabajo Jorge
    Un abrazo amigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin duda amiga, es el respeto por ellos por lo que gira su mundo, su propia vida, y el único objetivo es que llegado el momento el difunto tenga un plácido viaje y cuando llegue al más allá, en agradecimiento por su trato cuide de los vivos.
      Gracias amiga, un abrazo.

      Eliminar
  4. No voy a negarte que cada viaje contigo es desconcertante y sobre todo, como no podré ir me resulta un paseo para la imaginación. Respeto la cultura de los pueblos pero soy de las que quiero las flores y el afecto en vida, cuando muera me da igual lo que hagan con mi cuerpo, eso sí, que no hagan esas locuras :)
    Un abrazo afectuoso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido contigo amiga, que una vez me muera que hagan de mi cuerpo lo que quieran, menos destrozar un árbol para meterme a mí dentro, eso sí que no.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  5. Respetando su cultura, va a ser que no es un sitio como para ir ni cinco minutos. Imagínate que te pierdes y preguntas a uno que lleva tieso un siglo, el parraque que te da es pequeño, quita, quita...

    Besos Jorge.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jeje, me hizo mucha gracia tu comentario Ion, y además muy acertado, porque caminan en procesión con sus difuntos por los senderos. Imagínate que te encuentras de frente con uno...del susto no hace falta ni coger el avión de regreso...jeje
      Unos ritos curiosos que a mí me dejaron perplejo.
      Un abrazo.

      Eliminar
  6. Es un placer visitarte y sentir tus letras, pues la poesía es siempre el espejo del alma.
    Un abrazo María Del Carmen.

    ResponderEliminar
  7. Lo de pasear con los muertos es impresionante, un miedo que te cagas, para gente como nosotros, :)
    De acuerdo con ión. No es lugar para ir ni de turistas! jeje
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un escenario tremendo, es cierto, pero yo sí disfrutaría viajando hasta allí, recorriendo sus parajes y observando - seguro que perplejo- como viven y que hacen los Toraja.
      Un abrazo amiga.

      Eliminar
  8. Hola Jorge, qué gusto volver a verte. Es muy interesante este reportaje que hoy nos compartes, seguimos visitándonos.
    Un gran abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El placer es mio, de nuevo podemos compartir letras.
      Un abrazo.

      Eliminar
  9. Hola JOrge la verdad es que es un pedazo de articulo en el que pones de manifiesto los ritos de una cultura ancestral que esta gente lleva manteniendo a rajatabla.
    realmente creo que lo de enterrar a los niños en los huecos de los árboles es algo que suena muy bien pero que a la vez es una forma de matar la naturaleza, aunque otros lo hacen con maquinas y a gran escala, jeje
    Lo de sacar a pasear a los muertos pues que quieres que te diga creo que lo mejor sería dejarlos reposar tranquilos que ya tienen bastante con haberla palmado ajjaajja
    Las casas son una pasada están mazo de chulas no me importaría construirme una igual pero sin tanta ostentación.
    Un estupendo articulo querido amigo
    abrazotessssssssssssssssss

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Coincido contigo y con Karras, abrir el tronco de un árbol es matarlo. Y como bien dices, prefiero no pensar que es capaz de hacer una sola máquina en medio de un bosque. Son costumbres extrañas, curiosas, ante nuestros ojos macabros e incomprensibles, y esto es lo que para mí lo hace especial.
      Un abrazo amigo.

      Eliminar
  10. Querido amigo: Es impresionante tu entrada, estuve buen rato leyéndola atentamente y casi ni me lo podía creer.
    Amor a los muertos y al mismo tiempo una lacra que tienen que soportar para toda la vida.
    Tengo que reconocer que es interesante la forma de hacer sus casas con esas vigas curvas en los tejados, más curioso es lo del número de peldaños y la cantidad de búfalos que cada familia va acumulando para festejar y facilitar el camino de sus muertos hasta su cielo.
    Lo que ya me pone la piel de gallina, es que desentierren a los muertos, los acicalen y los saquen a pasear ¡pánico me da!
    Después de leerte, recordaré la isla Sulawesi y el hogar de los Tana Toraja. Muchas gracias por tus trabajos, fotos y documentación.
    Cariños.
    kasioles

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sus viviendas son un símbolo cultural en Indonesia. A mí me parecen espectaculares. Me encantaría poder viajar y contemplarlas de cerca, así como sus ritos, aunque resulten extraños y macabros. Si nos paramos un momento y buscamos paralelismos con nuestra cultura, puede que no hallemos uno igual pero si muy parecidos. Yo podría mencionar cien lugares donde se veneran cuerpos incorruptos, osarios cristianos que cubren paredes y techos, y un sin fin de ritos y costumbres similares. Conocemos la vida, lo que nos puede deparar, pero de la muerte no conocemos nada, y culturalmente, desde el primer momento en el que un ser humano tuvo consciencia de que desaparecía para siempre, no ha dejado de fascinarnos como lograr llegar al lugar donde viajamos cuando morimos.
      Un abrazo amiga.

      Eliminar
  11. Que costumbres más curiosas, internet es un gran mundo por donde pasear y pasearse por mundos mágicos como es este. Como siempre encantada de leerte. Un abrazo amigo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sin lugar a duda los Tana Toraja efectúan rituales que le dejan a uno alucinado.
      Un abrazo amiga.

      Eliminar
  12. Bellas fotos, algunas cosas curiosas, pero lo de sacar a los difuntos uff...no puedo..me da escalofrió.
    Besitos

    ResponderEliminar
  13. Impone bastante todo esto aunque no se bien por qué ya que siempre he considerado la muerte como una parte más del proceso natural de la vida , si nacemos está claro que tarde o temprano morimos , aunque para mi esa palabra no existe como tal , yo creo que lo que sufrimos es una transformación y lo que hacemos es pasar a otro plano . A mi también me gustaría visitar esos lugares aunque no me hace ninguna ilusión que saquen a sus muertos a pasear y los acicalen pero ... al fin y al cabo lo que sacan son solo sus esqueletos y no es agradable pero seguro que ellos se espantarían si viesen algunas de nuestras costumbres , seguro que si. Me gustan mucho las casas , son de lo más curioso.
    Gracias por enseñarnos tantas cosas que desconocemos , Jorge ! Un abrazo grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Todas las culturas y religiones muestran un gran respeto hacia sus difuntos. Cada cual se rige por costumbres distintas, para mí todas respetables. En lugares de Sudamérica, es común ir a pasar el día al cementerio y festejar y comer junto a las lápidas de los difuntos. Es muy cierto que lo de sacar a los cadáveres y pasear con ellos es algo que a nuestros ojos parece una aberración. Creo que lo que nos hace verdaderamente interesantes como especie, es todo esto, que sobre una misma cosa, en cada lugar del mundo se interprete de manera tan distinta.
      Un abrazo.

      Eliminar
  14. Ante todo el respeto a las creencias de cada país, sus rituales y modo de vida, pero me he impresionado bastante, me resulta algo perturbador,me da un poco de yuyu la verdad, será porque me gusta recordar a mis seres queridos vivos, llevarme en mi mente su imágen mejor y bueno, como dije al principio, quizás ellos tomen de esa manera nuestra forma de despedir a los nuestros, y te dejo un cuentecito de esos que circulan por mi tierra, para reirse, pero encierra mucha lógica.

    Un cubano pasaba por el cementerio de los chinos y observaba como ponían arroz, se acerca lentamente y le dice:

    Oye chinito, para qué le ponen comida a los muertos si ellos no comen

    El chinito se vira lentamente y le dice al cubano:

    Oye cubanito y para qué le ponen flores a los de ustedes si no huelen...

    Y así van las cosas, no crees????

    Abrazos muchos, Jorge y nuevamente gracias por abrirnos mundos desconocidos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Y qué acertado me ha parecido tú comentario amiga, depende de donde uno sea y cual sea su cultura para que una misma acción la interpretemos de manera tan dispares. Creo que en esto reside nuestra grandeza como especie.
      Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  15. no sabía nada de nada de este ritual pero oyes es que me pone los pelos un poco de punta, me parece muy bonito, pero es que eso de que se este moviendo a la persona fallecida, ffff, vamos que yo soy de las que mejor dejar descansar. Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que da un tanto de yuyu como tu dices. Además en esos parajes que los Toraja viven debe de ser algo impresionante ver un ritual de estos.
      Un abrazo.

      Eliminar
  16. Realmente impresionante!
    Qué cultura tan extraña y tan fuerte. Solo las creencias hacen posible conservar estas tradiciones que han de ser difíciles, pero cada pueblo hace lo suyo según su formación familiar. Sinceramente no sabía nada de esto, pero me quedé admirando tanta devoción hacia la vida y la muerte....
    Un abrazo Jorge.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mas allá de buscar la imagen morbosa o espectacular, ya son varios artículos aquí en este nuevo blog y en Centinela del sendero en los que trate el tema de cómo ven las diferente culturas la muerte y cómo la trataban. Siempre se haya un extremo respeto hacia sus difuntos, sea colgándolos en ataúdes en lo alto de las montañas o estén expuestos como en un escaparate como los enterrados en las criptas de los capuchinos. Esto me admira de verdad, lo diferente que podemos ser ante un mismo suceso como es la muerte.
      Un abrazo.

      Eliminar
  17. Una costumbre realmente macabra, pero ¿quiénes somos nosotros para juzgarla?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario