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J.J.D.R.
Con enérgica despreocupación, el hombre
se balancea sentado sobre una endeble tabla sujeta por dos sogas a la rama de
un árbol, impulsándose y alejándose cada vez más de la seguridad que le aporta
la planicie de la cima. Bajo sus pies, un barranco de más de dos mil metros de altura se
cierne sobre el sujeto que, indiferente ante el peligro que corre en cada
balanceo, se muestra complacido de estar a merced de la fortuna y la
precariedad de un juego que en un segundo le puede costar la vida. Frente a él,
a escasos kilómetros en línea recta, el coloso volcán Tungurahua comienza a
tronar y escupir ceniza de su boca ardiente. Tiembla la tierra y, por un
instante, el mundo parece llegar a su fin…sólo entonces el inconfundible sonido
del disparador de una cámara inmortaliza el momento en el cual el hombre balanceaba
su cuerpo sobre el abismo mientras la erupción volcánica se instalaba de fondo
en la composición fotográfica con impactante resultado.
COLUMPIO DE LA CASA DEL ÁRBOL Foto www.elcomercio.com |
La escena fue tomada el 1 de febrero
de 2014 y su autor, Sean Hacker Teper, tituló “columpio al fin del mundo”
siendo galardonado por la prestigiosa revista National Geographic. La imagen
recoge el instante inmediato en el que el volcán Tungurahua comienza a escupir
ceniza. Pocos minutos después, el lugar fue evacuado por la incipiente y
peligrosa nube tóxica que se instaló sobre el cielo de la casa del árbol.
FOTO DE LA NASA TRAS LA ERUPCIÓN DEL TUNGURAUA Foto www.earthobservatoy.nasa.gov |
La casa del árbol se encuentra ubicada
en la ciudad ecuatoriana de Baños. Esta bella localidad, alzada al norte de la
falda del volcán andino y cuyos afamados parajes salvajes y manantiales que
emanan de la tierra aguas termales curativas la han convertido en un lugar de
gran interés turístico.
HERMOSA LOCALIDAD DE BAÑOS (ECUADOR) |
Por la carretera de Villavista se acede hasta una
planicie donde aguarda una pequeña casa de tejado de zinc y paredes de madera.
El árbol, al cual se abraza la morada como queriendo escapar del inminente
salto al vacío, se encuentra a escaso pasos de un precipicio de 2600 metros, convirtiendo
la vivienda en un lugar no apto para acrofóbicos. Pero lo más llamativo de la
casa es un columpio que colgado por dos sogas se balancea sobre el precipicio
llevando en su sillín de madera a aquellos que estén dispuestos a vivir una
experiencia no apta para cardiacos.
CASA DEL ÁRBOL Foto www.evolutionpie.com |
La zona es un precioso lugar donde se
puede disfrutar de un esplendido día de campo saciándose con las vistas aéreas
de la región y, en particular, con las inmejorables vistas del volcán
Tungurahua que eleva su mole pétrea 5023 metros sobre la tierra. Pero sin duda
la atracción turística es el rudimentario y a mí parecer terrorífico columpio,
que lleva meciendo personas en el vacío mucho tiempo sin ningún tipo de
seguridad. Las agencias de viajes conocen la casa del árbol, pero se niegan a
llevar a los turistas al lugar conscientes de la poca seguridad que el columpio
ofrece.
Foto www.inhabitat.com |
Actualmente se han practicado mejoras tanto en la fachada de la casa,
la cual se ha reforzado, como en el propio columpio, añadiéndole un asiento
nuevo y unas poleas que alivian el peso que sobre la rama del árbol ejercía. Es
más, por si un columpio que se balancea sobre el vacío fuera poco, a su lado
han colocado otro, no vaya a ser que los turistas se quejen de que tienen que
esperar mucho para disfrutar de tan estrambótica locura voladora.
Foto www.ecuahoteles.com |
La vivienda es el hogar de un hombre
muy peculiar llamado Carlos Sánchez. Este ganadero local, lleva más de 15 años
vigilando cada movimiento o señal que venga del volcán Tungurahua. Su mayor
pasión es servir a su pueblo y su país, ejerciendo de vigía desde su alta
atalaya, desde donde informa durante 24 horas al día a los órganos competentes
mediante radio si el volcán emite alguna señal que indique que está despertando.
Motivos tiene el bueno de Carlos para temer y respetar las sacudidas del volcán
pues, en más de una ocasión ha tenido que refugiarse en su lugar secreto bajo
la cabaña de la lluvia de rocas y ceniza expulsadas por la montaña.
CARLOS SÁNCHEZ Foto www.elcomercio.com |
A unos
pasos de la vivienda se encuentra un pequeño centro de monitoreo sísmico, donde
Carlos dispone de un pequeño material de seguridad.
Sin duda mucho a de agradecer la
comunidad científica y la propia ciudad de Baños la altruista disponibilidad de
este hombre que literalmente se juega la vida en cada erupción volcánica. Pues
lejos de ser un volcán inoperante, el Tungurahua se muestra cada vez más
activo, y desde que comenzó a desperezarse el 1 de febrero de 1999, no ha
dejado de mostrar señales de su terrible fuerza natural para desasosiego de los
habitantes de las regiones limítrofes.
Gusta el ser humano de mostrar su
atrevimiento de mil formas y maneras. Allá donde el peligro esté presente,
siempre hay personas dispuestas a exprimir hasta la última gota de adrenalina
que le quede en el cuerpo. Si tú eres uno de ellos, no olvides visitar la casa
del árbol y su columpio al fin del mundo, y no olvides llevar a alguien que se
atreva sin vacilar a empujarte hacia el abrupto vacío.
Aportes y Datos:
http://www.hostalerupcion.com/casa-arbol-banos-ecuador.html
http://www.andes.info.ec/es/noticias/national-geographic-premia-foto-tomada-ecuador-columpio-fin-mundo.html
El mundo
http://www.elmundo.es/america/2011/12/03/noticias/1322872910.html
El comercio
http://www.elcomercio.com/tendencias/fotografia-tomada-ecuador-ganadoras-concurso.html
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Comentarios
Lo leía y veía y me daban mareos jajaja definitavemente, los altos riesgos no son mi fuerte! Interesante post!
ResponderEliminarUn saludo!!
La verdad es que resulta increíble la idea de balancearse sobre tremendo barranco. Estoy convencido que yo no lo probaría...creo que me estoy haciendo viejo.
EliminarUn abrazo.
Realmente el lugar es espectacular pero yo no me columpiaba alli ni por todo el oro del mundo!!!
ResponderEliminarBesos
Yo tampoco. Eso sí, subir a ver las vistas no me lo perdería.
EliminarUn abrazo.
Impresionantes imágenes...
ResponderEliminarun saludo
Imágenes de un lugar increíble, donde el volcán se muestra en todo su esplendor.
EliminarGracias por venir y dejar tu huella amiga.
Un abrazo
A veces hay que alejarse para tomar perspectiva y encontrarse.
ResponderEliminarCreo que ese columpio es una isla de luz, un lugar para alejarse una y otra vez y a la vez encontrarse con el viento en la cara ... Con cientos de sensaciones aletargadas.
Un abraz✴
La visión y la sensación de volar debe ser como una ilusión fantástica, pero atendiendo a la seguridad del columpio, hay que tener arrestos para subirse.
EliminarUn abrazo.
Un columpio muy interesante pero a mí que no me espere para darme un columpiazo en él, no es lo mío ese vértigo que se debe de sentir al moverse aunque sea despacito. Hay muchas cosas que quiero hacer en la vida, pero ese columpio ya me removió el estomago. Yo andadito y despacio, nada de riesgos, vivir ya es demasiado arriesgado. Encantada de leerte amigo Jorge. Un abrazo.
ResponderEliminarYo me apunto contigo a observar el paisaje desde cierta distancia de seguridad, con una cervecita y una buena cámara de fotos.
EliminarUn abrazo.
De pequeña siempre quise tener una casa en un árbol, me parecía un lugar de ensueño donde podían ocurrir las historias mas maravillosas, y ahora, lo confirmo, que lugar tan bello y especial...
ResponderEliminarAbrazos, amigo Jorge
Cuando estuve en Ecuador me llamó mucho la atención que en muchas fincas del campo las familias acostumbran a construir casas en los árboles, algunas fascinantes. Lo de añadirle un columpio en sitio tan atrevido me parece demasiado arriesgado.
EliminarUn abrazo.
Yo creo que esto demuestra una vez más que el ser humano no está creado para la vida sedentaria a la que nos hemos autoobligado y busca experiencias de riesgo aunque le pudiese costar la vida.
ResponderEliminarQuizás Jorge si quizás yo me atreviese a experimentar ese terror de no saber si el balanceo me devolverá a tierra, pero como en tierra ya se lo que hay......repito que quizás si lo hiciera.
De lo que no tengo ninguna duda es de lo que me gustaría realizar esa foto y no por el premio en si no, solo por satisfacción personal.
De esto si que ni había oído hablar Jorge, cada vez te superas más en tus artículos.
Un abrazote.
Tengo claro que el ser humano no es una especie que se quede sentada mirando la nada. Por ello, hasta las más absurdas y alocadas experiencias desea vivir para sentir más allá de lo que puede imaginar. Un buen ejemplo de ello es este artefacto donde poder experimentar volar frente a un volcán activo.
EliminarUn abrazo.
Hola Jorge, desde luego no cabe duda de que el lugar es muy bonito con todo lo que nos dices que tiene todo su entorno, quitao del volcán, lo demás se ve precioso, pero ahora si, la casita y el columpio se la dejo a los valientes, que yo solo con ver las imágenes ya me tiemblan las piernas del vertigo que me entra, madre mía que miedo:), yo me uno a las agencias y hago lo que ellos me digan en el caso de ir:), valiente fue el fotógrafo que capto la imagen, siempre las gracias por mostrarnos lugares como este que no teníamos ni idea que existiesen.
ResponderEliminarBesos.
Entiendo que las agencias no puedan publicitarlo a riesgo de verse metidas en un follón si curre una desgracia.Pero seguro que se mojan y te llevan hasta allí. Del columpio me olvido como experiencia personal, pero me quedo con las vistas.
EliminarUn abrazo amiga.
Asombroso Jorge, idílico, real, emocionante...
ResponderEliminarLa unión de la naturaleza y el ser humano,
la locura (del vacío) y la cordura de Carlos Sanches...
No debo , ni soy quien, pero estimo que cada vez te superas más y mezclas también esa parte humana tuya que me va embaucando lentamente y me gustan más tus post.
Un sólo pero fuerte beso
tRamos
Lo que más me impresionó de este sitio, por encima del columpio que es maravilloso, es que en la casa del árbol vive un hombre entregado a un trabajo no remunerado y que conlleva vivir bajo un peligro constante. Leí varias entrevistas de prensa y ha estado en varias ocasiones a merced de las rocas y la lluvia de ceniza de el volcán. Él sí que merece ser visitado. sobre todo si se tiene la oportunidad de intercambiar unas palabras con él.
EliminarUn fuerte abrazo.
Realmente es un maravilloso lugar, no se si para vivir pero si para vivir la experiencia de contemplar ese hermoso castillo de visiones que la vista puede recibir allí en las alturas. Creo ajjajajaja que me subiria a la casa pero lo del columpio ni de coña vamos ejjejejej
ResponderEliminarNo se que ha pasado que no he pasado antes por aquí pero al menos llegué jeje
un abrazo amigooooooooooooooooo
Juntos nos sentamos en zona segura y nos tomamos unas frescas viendo el panorama. Lo de columpiarme va a ser que hoy no....mañana..jeje
EliminarUn abrazo amigo.
Hermoso mi Ecuador, saludos desde El Blog de Boris Estebitan.
ResponderEliminarNo hay duda de que así es, un país maravilloso.
EliminarUn abrazo.
Si no te importa me quedo un rato para seguir columpiandome por este lado del mundo, ¡qué maravilla!
ResponderEliminarAbrazote utópico, Irma.-
Para mí es un enorme placer que te quedes y que columpiándote o andando por los senderos de este espacio, podamos compartir letras y sueños.
EliminarUn abrazo Irma.