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J.J.D.R.
Uno de mayo
de 1947. En el mirador del edifico Empire State Building, en su planta 83, una
joven se quita el abrigo y tras doblarlo cuidadosamente lo abandona junto a una
pequeña caja de maquillajes, su bolso y una nota manuscrita. Se acerca hasta la
barandilla del gran edificio y se lanza al vacío.
Foto cartierbressonnoesun reloj.com |
Lo primero
que sintió el joven Robert Wiles fue un seco y profundo estruendo provocado por
algo caído del cielo. Llevaba su cámara en la mano y no dudó en correr hacia el
lugar exacto del impacto donde entre gritos de auxilio y voces alarmantes los
primeros curiosos se apelotonaban alrededor de un vehículo aparcado junto a la
acera. Como buenamente pudo se hizo un hueco entre el gentío y tomó varias
fotografías de la escena que tenía delante sin ser consciente de que una de sus
instantáneas terminaría convirtiéndose en icono histórico del siglo XX. La
escena que captó su cámara, una de tantas otras que se realizaron del incidente
luctuoso que mostraba el cuerpo sin vida de la joven Evelin McHale en los
instantes posteriores a su muerte, había captado y así lo transmitía, una
extraña belleza, diríase incluso que hasta incómoda dulzura dentro de tan
trágico acontecimiento. El cuerpo de la joven Evelin no mostraba a simple vista
ni exteriorizaba síntomas traumáticos, algo ilógico teniendo en cuenta que acababa
de precipitarse desde una altura de 320 metros; siendo su pose la de una joven
que parecía dormir y disfrutar de un plácido sueño. Su cuerpo quedó atrapado
por la improvisada mortaja de hierro en la que se convirtió la limusina sobre
la que impactó y que a modo de féretro metálico acurrucó su cuerpo en un último
abrazo de despedida. Sus piernas entrecruzadas, su mano aún enguantada agarrando el colgante de su cuello y el semblante apacible de su rostro era algo
inusual, diríase que casi errático, una escena a todas luces impropia de un
hecho tan trágico como el acontecido.
Foto morenhaber.com |
La joven Evelin,
cuyo cuerpo yacía sobre aquel improvisado ataúd de hierro, tenía tan sólo 23
años. Pocos datos biográficos han trascendido sobre ella, y cito aquí lo
aportado por la Web Codex 99 quien aporta algún dato más especifico sobre su
vida. Según se cita, nació en Berkeley y fue la sexta de siete hermanos. Su
padre trabaja en un banco. Al parecer, su madre abandonó a su familia, y todo
apunta que pudiera padecer algún trastorno mental, lo que explicaría la mención
sobre ella que escribió en su nota de despedida. Se alistó voluntaria en el
ejercito pero no debió de terminar muy satisfecha ya que según cuentan quemó su
uniforme al abandonarlo. Cuando decidió quitarse la vida estaba empleada en una
imprenta de Nueva York como administrativa. Lo que sí trascendió fue la nota
manuscrita encontrada en el mirador junto a su abrigo y bolso y cuyo texto decía;
“No quiero que nadie dentro o fuera de mi familia vea alguna parte de mí.
¿Podrían destruir mi cuerpo incinerándolo? Les ruego que no me hagan ningún
funeral o ningún tipo de ceremonia. Mi novio me pidió casarnos en junio. No
creo que pueda ser una buena esposa para nadie. Él estará mucho mejor sin mí.
Díganle a mi padre, que tengo muchas de las tendencias de mi madre”.
Foto ranker.com |
En su
edición del día 12 de mayo la revista Life publicó la foto de Robert Wiles a
toda página y cuyo pie de foto tenía escrito; “A los pies del Empire State
Building, el cuerpo de Evelin McHale descansa en calma sobre un ataúd grotesco,
incrustado en el techo de un coche”. Desde aquel día, la escena captada por el
joven estudiante de fotografía Robert Wiles fue conocida o pasó a ser
denominada como “El suicidio más hermoso”. Curiosamente fue la única fotografía
que Wiles publicó de forma profesional, ya que finalmente no terminaría
dedicándose a la fotografía. La instantánea de la joven Evelin ha sido
utilizada por grupos musicales, en campañas publicitarias, así como en
videoclips de intérpretes como es el caso de Taylor Swift, o por artistas como
Andy Warhol quien hizo eco de la historia con el aporte de su obra Suicide
Fallen Body realizada en 1962.
Foto ibasque.com |
Según se
pudo recapitular sobre los hechos, Evelin había visitado a su novio Barry
Rodhes, exsoldado y estudiante en Pensilvanya en el mes de abril para celebrar
su 24 cumpleaños. Según contó el muchacho, nada en su comportamiento le hizo
intuir que estuviera tan desesperada, se iban a casar y parecía feliz. El
trágico día que decidió poner fin a su vida, entró por breve espacio de tiempo
en el hotel Governor Clinton y escribió allí su carta. Después compró su
billete para subir al mirador del edificio y se lanzó al vacío. Cuando se
realizó el levantamiento del cuerpo, hubo de hacerse con sumo cuidado ya que
estaba totalmente destrozada por dentro. Su hermana se encargó de hacer que se
cumplieran sus últimos deseos y no hubo ni entierro ni velatorio.
Foto lared.cl |
Quiso
desaparecer de este teatro que es la vida y no dudó en llevar a cabo su plan un
día de mayo. Su voz se apagó para siempre, y en sus últimos deseos no quiso
siquiera ser recordada. Sus motivos nadie podrá nunca esclarecerlos, pues
los guardó en el lugar más recóndito e inaccesible, nuestro cerebro, universo
inescrutable cuando se trata de esconder silencios, angustias o miedos. Pero la
joven que quiso desaparecer de este teatro que es la vida, que ya no le
apasionaba o temía demasiado para seguir adelante, no contempló la baza que el
azar en su acto final había de jugar en su póstuma memoria; puesto que, sobre su
cuerpo yacente y su rostro calmo y sosegado arropado en su mortaja de hierro, el
clip automático de una máquina terminó convirtiendo su trágico final en una escena
inmortal…en la fotografía del suicidio más hermoso.
Aportes y Datos:
Cartier Bresson
https://www.cartierbressonnoesunreloj.com/la-historia-detras-de-el-suicidio-mas-hermoso/
Albedomedia
https://albedomedia.com/una-imagen-mil-palabras-robert-wiles-suicidio-evelyn-mchale-1947/
Codex99
http://www.codex99.com/photography/43.html
Miguel García Vega
http://www.miguelgarciavega.com/una-foto-y-una-historia/
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Comentarios
Debió de estar muy desesperada de tomar tan dramática decisión. No fue una muerte placentera, el impacto de su cuerpo sobre el suelo tuvo que ser bastante doloroso.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Imagino que todo aquel que toma tan drástica decisión está impactado por un inmenso desasosiego que cierra cualquier puerta a la esperanza. Quiero imaginar también que durante el trayecto perdió la consciencia. Una fotografía muy dramática sin duda.
EliminarUn abrazo.
EliminarMi querido y guapo amigo
EliminarLa gente que se suicida y el dolor intenso que viven
Es gente que no puede llevar adelante lo que vivió y se quitan la vida porque es un momento de miedos. no pueden llevar a delante lo que se necesita para poder en el mundo de hoy
Beso
Buenos días, estimado amigo, un post dramático y escalofriante pero a decir verdad de una belleza inusual. Una trágica muerte de una joven con toda una vida por delante convertida en icono por un estudiante a la fotografía. Realmente al mirar la instantánea parece como dormida, tranquila y abrazada por ese techo metálico del coche, es impresionante la escena.
ResponderEliminarEste suceso o lo desconocía o tal vez no lo recuerdo gracias por traerlo y hablarnos sobre él con ese lujo de detalles que siempre caracterizan tus espléndidos post.
Un gran abrazo amigo y feliz fin de semana.
PD. Gracias Jorge por pasar por mi otro blog y quedarte, un placer tenerte por él.
Hoy día estamos hiperconectados y las noticias de ayer son historia pasada en horas. Esta fotografía dio la vuelta al mundo, y no por el acontecimiento en sí, al cual no le quito ni un ápice de importancia, sino por la inusual expresión y pose de su cuerpo tras tan dramático episodio. La fotografía tiene esta dualidad extraña que da la inmediatez del momento captado.
EliminarUn fuerte abrazo
Apenas conocía la memorable fotografía (que pareciera compuso y diseñó la vida) y algún que otro dato sobre el ocasional fotógrafo y la bella hasta hace un rato anónima protagonista de esta eterna instantánea... por lo que te agradezco, Jorge, la tan bien escrita 'pintura' que has hecho de este trágico suceso... Tantas veces he dado vuelta la imagen para ver sus facciones, sus labios y los dedos de los pies pintados, su mano enguantada aferrando la cadenita que usaba al cuello, la pose que insisto parece actuada, como dormida, entre los luminosos negros pliegues de su féretro...
ResponderEliminarAbrazo más que agradecido, amigo, por otra de tus grandes entradas.
Así es amigo, parece dormir plácidamente en ése amasijo terrible de hierro.
EliminarUna escena tan bella como dolorosa a partes iguales.
Un abrzo.
Hola Jorge!
ResponderEliminarEsta es una historia que siempre me llamo poderosamente la atención. Esa fotografía forma parte de la memoria visual del siglo XX.
Un saludo!
Imaginaba que la conocerías, siendo como ha sido portada de grupos musicales y campañas publicitarias.
EliminarUn abrazo.
Voy a ser breve porque me ha dejado el ver estas imágenes un poco tocado.
ResponderEliminarEn los años 60/70, se tiraban muchas persona desde la giralda de Sevilla, y cuento esto porque hubo un médico que dijo sobre el tema que la mayoría de la personas cuando llegaban a impactar en el suelo habían perdido ya la conciencia...ojalá que a esta chica le pasara lo mismo...
Muy bonito como lo cuentas, pero lo siento amigo Jorge , te tengo que dejar, ¡hasta la próxima!.
Un abrazo.
También sabía algo respecto a esto que cuentas. Lo escuché de experto cuando las torres gemelas y aquellos hombres y mujeres que se lanzaron al vacío. Entiendo que el cerebro, a modo de defensa ante lo que está por acontecer desconecta, y es mejor que así sea. Te mando un abrazo.
EliminarTrágica historia a la que un fotógrafo, muy oportuno, le dio el carácter de inmortal. De nuevo nos traes una imagen del alguien sin vida que parece dormir apaciblemente (como aquella momia del niño milenario).
ResponderEliminarAbrazos!
Curioso que tan fuese esta fotografía la que le dio fama, ya que no terminó siendo fotógrafo profesional, pero de estos casos hay muchos. Estaba en ése momento puntual y apretó el botón en el ángulo preciso.
EliminarUn abrazo.
Estimado amigo Jorge, un suicidio jamás puede ser "hermoso", es una tragedia inmensa, un alma que le arroja a Dios en el rostro el regalo de la vida. Es el "impulso imperativo" como lo llaman los psiquiatras. Parece que esta joven heredó la enfermedad mental de su madre, acaso ¿una depresión aguda? pero tan disimulada que el novio no logró captarla. Dicen que los verdaderos suicidas nunca anuncian que se van a suicidar, sino que se lo guardan en silencio, y sencillamente lo llevan a cabo. Me da terror el sólo pensarlo ...es una falta de temor de Dios absoluto. No son capaces de pensar ¿qué será de su alma después de tal locura? ¿dónde irá en el más allá? no creo que nada bueno les espere a los suicidas. Gracias por compartir este caso tan triste, que te repito no tiene nada de hermoso. Un abrazo.
ResponderEliminarPues así quedó escrito en las portadas de los periódicos y así se conoce esta fotografía. Evidentemente, es un titulo metafórico sobre un hecho luctuoso y muy trágico...pero es innegable que la fotografía muestra una mujer que parece dormir plácidamente y nada en la escena evidencia el trágico final que ha padecido. Es obvio que nadie habla que haya belleza en el acto suicida en sí...pero sí existe, la hay y es visible en la propia imagen captada.
EliminarUn abrazo.
Leerte es aprender
ResponderEliminarGracias
Gracias amiga por tus palabras. Pero tan sólo soy un curioso contador de historias. Un abrazo.
EliminarPobre chica aunque la imagen es muy poética. Te mando un beso.
ResponderEliminarUn suceso muy trágico, sin duda. Que dejó una imagen impactante y singular dadas las causas.
EliminarBesos amiga.
Conmovedora historia. Seguro ella jamás se imaginó inmortalizar se a través de una foto tan espectacular. Otro abrazo, Jorge
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