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ALBERTO GUTIERREZ GIRÓN (ESCULTOR DE MONTAÑAS)

J.J.D.R.
Cuenta Alberto Gutiérrez que siendo un niño tuvo un lúcido sueño. Se vio a sí mismo rasgando con denuedo las rocas de una montaña, delineando la dura piedra, esculpiendo figuras sin rostro que le miraban desde la fría piel de una grisácea colina. Cuenta Alberto que, aquel extraño sueño, no fue uno más. Sucedió el día que cumplió los nueve años y le cambió la vida.

Foto www.lavidalucida.com
Alberto Gutierrez Girón nació en la región del Jalacate (Nicaragua) un 17 de octubre de 1944. Las fechas apenas son importantes en esta historia. Y sí, ciertamente, la experiencia de este nicaragüense que ha vivido toda su vida embelleciendo a su manera el mundo que le rodea. Alberto es un amable anciano de pelo cano enmarañado y blanca barba que presta a su faz un halo de tímida melancolía.

Foto www.vimeo.com
Es un hombre pobre. Tan humilde es Alberto, que apenas sobrevive con la ayuda que algunos lugareños y visitantes le brindan en forma de vituallas y algo de enseres. Pero Alberto se muestra feliz.

ALBERTO GUTIERREZ Foto www.nuevaya.com.ni
Poco o nada le interesan las posesiones, sintiéndose dichoso con la esporádica visita de extranjeros que suben al monte para que, siempre con su cigarro en la boca, les guíe por los senderos abiertos a la luz del mundo, en donde sus anhelos y sueños cobraron vida y hoy lucen como tatuajes adheridos a la piel de la montaña.


Foto www.nuevaya.com.ni
Vive en una pequeña zona del sendero el Jalacate, finca familiar cercana a la Reserva Natural El Tisey a unos 3 kilómetros de la localidad de Esteli en la región occidental nicaragüense. Un paraíso natural para más señas, donde exuberantes bosques de pino y robles se abrazan con coloridos y exóticos frutales.

Foto www.espacioculturayarte.wordpress.com
Muchos son los que dicen que Alberto está loco. No pocos son los que aseguran que su obra y vida son la consecuencia de un delirio. Qué fácil solemos juzgar. Qué sencillo. Aquellos flecos sueltos que molestan, basta con cortarlos, deshacerse de ellos, esconderlos, olvidarlos.

Foto www.blog.rocktraveller.com
Mejor no recordar los instantes muertos. Mejor ignorar que ofrecer la mano.
 Locura es lo que vemos a diario en nuestro mundo “civilizado”. Mundo decorado por locos, dirigido por locos…resultado de una enorme locura llamada progreso.

Foto www.laprensa.com
Pues aquella voz, que en medio de una madrugada cuando contaba nueve años le tocó tan de lleno que marcó a fuego su destino, llamó a la puerta de su mente e hizo que comenzase, sin más, a tallar una montaña cercana. Corrían tiempos difíciles por aquel entonces. La revolución sandinista llenó las colinas de guerrilleros. La muerte olía a vacío, y el vacío se nutre de alcohol. Bien lo sabe Alberto. Él mismo reconoce que esculpir la montaña fue su refugio para escapar de la bebida. Y se refugió en su sueño de nueve años, y se aferró a su cincel y su piedra arrancando de la roca en un principio figuras toscas que, más tarde, fueron tejiendo un entramado de dioramas oníricos en los cuales con cada nuevo día, renacía y moría un pensamiento, una desazón, una alegría o un  temor.

Foto econica.org
Nadie le enseño nunca cómo tenía que esculpir o cuáles son las reglas básicas de la geometría escultórica. Se levanta a las cuatro de la mañana y se pierde por los senderos de la finca en busca de aquel sueño de infancia. Su puño es el que aprieta el fierro, más es su alma la que tatúa la piedra. Son más de tres mil grabados los que Alberto ha esculpido en la montaña nicaragüense y muchos los libros que, orgulloso, muestra con las firmas de miles de extranjeros que llegaron hasta su rincón del Jalacate para dejar constancia de su admiración y respeto hacia este admirable ermitaño escultor de montañas.

Foto www.lilobatodi.canalblog.com
No hay locura en ver la luz. No hay ceguera en quien se esconde detrás de un cincel y esculpe una montaña. No hay delirio más hermoso que soñar, y vivir rodeado de la magia que dicta el tiempo a través de las nubes, enganchado a la crin del firmamento hasta que llega la noche y cesan los ecos del roce con la piedra rasgada; y el bosque y el universo se para a descansar mientras recita versos en la madrugada.

Aportes y Datos:
La Gente
http://www.radiolaprimerisima.com/noticias/179291/alberto-gutierrez-el-nica-que-esculpio-una-montana
La Nueva Radio
https://nuevaya.com.ni/el-hombre-que-esculpio-una-montana/
El Pensante
https://www.elpensante.com/alberto-gutierrez-el-hombre-que-tallo-una-montana/

Comentarios

  1. Los artistas por naturaleza son unos grandes soñadores, sino no podrían realizar cosas tan originales, hermosas y únicas, como las que hoy nos compartes. Besos:))

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  2. A mi me parece que es un hombre rico, sus posesiones no están al alcance de muchos, sus manos sanan lo mejor de la piedra y sus sonrisa franca es la mejor bienvenida y una buena despedida. Me ha recordado su historia a la de Justo Gallego.
    http://www.cosasdearquitectos.com/2014/01/un-dia-de-visita-catedral-de-justo-gallego/

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  3. Cuantos cuerdos desearían esa locura en libertad
    benditas locuras esas que nos desatan de las cadenas
    gracias por esta entrada es una maravilla de principio a fin

    Un beso

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  4. hola! hermosa locura si puede hallarse! entrada conmovedora, gracias , es perfecta. saludosbuhos!

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  5. Hola Jorge, pues viva la locura y ya me gustaría a mi tenerla como este humilde artista pero grande por todo lo que ha echo y hace, ya quisieran muchos con renombre tener la mitad de arte que tiene el, menudo trabajo el que ha echo y sin tener conocimiento de como manejar el cincel, es maravilloso todo su trabajo y me encanta, gracias por darnoslo a conocer.
    Gracias querido amigo por tus visitas y comentarios, te lo agradezco muchísimo, cuidate mucho amigo, que tengas un feliz fin de semana:)

    Besos.

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  6. Pienso que es una suerte poder cumplir tus sueños aunque la mayor de las veces no es sencillo. Que todo se vuelva locura lo encuentro belleza pura, quien no sueña renuncia pronto a cumplir lo que el sueño les mostro. Un placer leer de nuevo otra de tus bellas historias. Un abrazo.

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  7. Ya quisiera yo padecer una locura así... una maravilla su vida y su obra, un ejemplo y un legado invaluables.

    Abrazos.

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