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MONTEFRÍO

ROBERT BATEMAN

J.J.D.R.
Surge del lienzo un instante detenido en el tiempo. La delicada consistencia del trayecto dibujado por el pincel recorre la piel de lino trazando la singularidad de un robusto y apacible bisonte, el cual, entre la neblina de la alborada se adorna con la niebla dejando atrapada su inmortal alma y su peso como especie en el blanco lienzo. A Robert Bateman, tras finalizar su obra, lo imagino visualizando el instante, sobrecogiéndose con la potencia del animal, sintiendo en cada trazo de su mano la energía que conecta los verdes pastos con las pezuñas traveseras del enorme bóvido y mimetizando su mundo con el lienzo hasta el punto de sentir el cálido y húmedo vaho del bisonte dispersarse por cada centímetro del cuadro.

Foto www.gallery601.com
Robert Bateman nació el 24 de mayo de 1930 en Toronto (Canadá), y desde muy temprano, la curiosidad – ése gen maravilloso que el ser humano posee desde que nace y que algunos consiguen cuidar y dominar con maestría durante toda su existencia-, le llevo a salir a descubrir el mundo natural que le rodeaba, cayendo ensimismado con el dorado atardecer, con las corrientes fluviales que bramaban agitadas al chocar contra las rocas; con el aleteo de las aves, las cuales identificaba con maestría comenzando a delinear sus gráciles cuerpos en sus cuadernos de campo.

Foto www.robertbateman.ca
Se licenció en geografía en la universidad de Toronto, y pasó dieciocho años como docente en una escuela de secundaria, hasta que en 1976, dejó su vida académica para dedicarse por completo a la pintura. A partir de ése momento, los viajes alrededor del mundo junto a su esposa Birgit, en busca de mágicos entornos naturales, generarán en su mundo interior una base de datos e imágenes que serán reflejadas posteriormente en sus obras de arte.

Robert Bateman Foto www.artcountrycanada.com
Sus obras comienzan a ser reconocidas a partir de la década de los setenta, cubriendo las paredes de colecciones privadas y públicas, como la que le llevó a exponer en el Smithsonian de Washington D.C., o ser galardonado con el Golden Plate Award de la American Academy of Achievement, y ser distinguido como Oficial de la Orden de Canadá, distinción ésta considerada la más importante en el orden civil de su país.


Durante años compaginó la pintura con la creación literaria, ilustrando obras didácticas que también alcanzaron gran reconocimiento como son “El arte de Robert Bateman”, “El mundo de Robert Bateman”, “Robert Bateman: un artista en la naturaleza”, “Safari” cuyas páginas narran relatos vividos de primera mano por el propio autor, o “Pensando como una montaña”, recopilatorio de sus impresiones y reflexiones sobre los diferentes entornos naturales visitados.


Durante su trayectoria profesional, Bateman ha sido y es considerado como un exponente de gran importancia en la divulgación de materias proteccionistas, siendo miembro de varias organizaciones conservacionistas. Como ejemplo de ello, la Sociedad Audabon de Canadá, incluyó a Bateman como una de las personas más importantes en la defensa del medio ambiente del siglo XX. 


En el año 2000, el artista crea “Conozca “un programa medioambiental que le hará aún más reconocible y, lo más importante, su mensaje de protección y conocimiento del medio natural será escuchado por un mayor número de personas en el mundo. Posteriormente, en las delimitaciones del Parque Harley, fundará el centro educativo Robert Bateman, en donde la esencia de sus experiencias y su carácter didáctico potenciará la iniciativa de futuros conservacionistas naturales.

Foto www.batemancentr.org
Sin alcanzar el detalle exhaustivo del que hace gala el hiperrealismo, estilo al que me sumo como gran admirador, el impresionismo realista que emerge del pincel de Robert Bateman me sugiere en cada trazo una aventura ecológica y un viaje al hogar de cientos de especies animales dispuestas a dejar que entremos en su mundo a través de sus pupilas. Es sobre todo el ambiente de la escena en sus cuadros lo que torna su obra de gran valor medioambiental. La niebla matutina, el rocío en la alborada, el musgo de la roca y la piedra quebrada. Bosques, desiertos, montañas, ríos y mares, la biodiversidad de nuestro mundo quedó anclada en cada escena pintada por Bateman a quién hemos de agradecer y homenajear por dejarnos un pedazo de nuestro mundo congelado para la eternidad en sus lienzos de lino o cáñamo.

Aportes y Datos:
Web del autor
http://robertbateman.ca/









Comentarios

  1. Que tal Jorge!
    Desconocia la obra de este genial artista que nos presentas. Maravillosos sus trabajos.
    Saludos!

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    1. Me alegra que te gustase, creo que sus pinturas son un deleite.
      Mil gracias y un saludo.

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  2. Hola Jorge, madre mía que realismo tienen estos lienzos, es una maravilla como pinta este hombre y un deleite para la vista, no sabia nada de el y gracias a ti, es una gozada conocer su maestría pintando, me ha encantado querido amigo, lo que también me gusta que proteja el medio ambiente.

    Un besote.

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    1. Eres muy amable querida amiga. Me alegra saber que te gustó el artículo.
      Un fuerte abrazo.

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