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J.J.D.R.
Aislados del mundo,
resguardados bajo la inmensidad de una selva repleta de misterio y vida, la
tribu Zoé es el ejemplo perfecto del significado de la palabra felicidad.
Ocultos y alejados de
un progreso que pone en riesgo su cultura y ancestral mundo, los Zoé siguen
pisando con sus pies descalzos territorios amazónicos intransitables para
profanos y recorriendo los mismos senderos que tiempo atrás transitaron sus
antiguos ancestros.
La felicidad fluye
entre los miembros de la tribu sin rencores. El odio, el egoísmo o el rencor,
son términos desconocidos que se alejan mucho de su concepto cultural y social.
MIEMBROS DE LA TRIBU ZOÉ |
Es un pueblo mágico,
soñador y bello por dentro, que ha conseguido sobrevivir en un entorno hostil
gracias a priorizar el colectivo por encima del propio individuo.
Sus territorios se
extienden por las regiones montañosas del noroeste del estado de Pará en la Amazonía Brasileña, entre los márgenes de los ríos Cuminapanema y Erepecuru. Más
detalles no son convenientes y, aunque han sido contactados en varias
ocasiones, desean seguir perteneciendo a la selva pese a que cada día les sea
más difícil huir de las explotaciones sin control que ejercen las grandes
compañías en territorios limítrofes a los suyos.
Rodeados del verde atemporal
de la selva, entre acordes animistas y el ingente rugido del Amazonas, los Zoé
despiertan con los primeros rayos de sol.
Sus viviendas son grandes
y amplias casas de madera con tejados hechos de paja y grandes hojas. Las
familias conviven juntas sin problemas durmiendo en hamacas hechas con fibras
de nueces que las mujeres se encargan de tejer cuidadosamente.
Fuera del recinto
techado el pueblo disfruta de la vida al aire libre cocinando en pequeños
fuegos mientras los niños gozan del aprendizaje a través del juego.
Son cazadores
recolectores. Parte de su dieta se basa en el cultivo de yuca, plátano, urucum
(semilla también conocido como achiote) y patatas dulces. Para la pesca
utilizan arpones y el Timbo- veneno tóxico que vierten en el agua y mata el
oxígeno de los peces- que recogen cuando salen a la superficie. El carácter
pacífico y amigable de los Zoé no ha de confundir su gran capacidad para la
caza, campo éste en el cual se manejan magistralmente. Suelen cazar solos,
excepto en épocas concretas de abundancia de especies como el mono gordo, el
pécari o los zopilotes, periodos en los que ejercer la cacería en grupo suele
ser más productiva.
Foto de Fiona Watson www.survival.com |
Sus arcos son
pequeños pero no así su destreza con ellos. Pueden ensartar un animal a decenas
de metros incluso cuando éstos se esconden en las copas de los árboles y apenas
son visibles desde el suelo.
Ciertos exploradores
y misioneros en sus incursiones a través de las selvas amazónicas, extendieron
la leyenda de que los nativos de ciertas zonas comían niños. Cuando se contempla
el cuerpo despellejado de un pequeño mono listo para ser cocinado, el parecido
con un pequeño bebé no deja de ser sorprendente; siendo éste motivo para pensar
que muchos mitos antropófagos de tribus amazónicas fueron causa de ambiguas
interpretaciones sin base ni fundamento.
Una pieza de madera,
el “Poturu”, es el rasgo que diferencia a los Zoé de cualquier otra tribu. Desde
muy temprana edad, entre los 7 y 9 años, a los jóvenes Zoé se les hace una
incisión en el labio inferior por donde se le introduce una pequeña pieza de
madera que se irá incrementando en tamaño a medida que vaya creciendo. Para los
Zoé es de suma importancia llevar el poturu. Tanto las mujeres como los varones
no visten prendas ninguna que cubra sus cuerpos. Pero la falta del poturu en su
boca es considerado la mayor desnudez sintiéndose feos sin éste distintivo tan
característico que miman y cuidan como algo sagrado lavándolo diariamente y
puliendo con fina arena para que aparezca reluciente.
El poturu es el único
objeto que los Zoé se llevan al otro mundo cuando mueren.
La sociedad está
marcada por la empatía colectiva. No tienen líderes, y si bien se escucha con
deleite los consejos de los más ancianos, las decisiones se toman siempre en
conjunto siendo partícipes todos los individuos ya sean hombres o mujeres.
No entienden el
concepto de infidelidad, siendo la poligamia una practica habitual.
Las mujeres Zoé
suelen convivir con varios hombres y viceversa. No existen tabú en cuanto al
sexo, que interpretan de una forma totalmente libre y sin prejuicios de ninguna
clase. Hasta el aprendizaje en este campo lo cuidan al mínimo detalle. Los
jóvenes Zoé suelen casarse en su primer matrimonio con parejas de mucha más
edad, siendo estos los encargados del aprendizaje sexual de los jóvenes. No es
raro encontrarse parejas conformadas por jovencitos muchachos cuya mujer es una
veterana de avanzada edad.
Este periodo de
adaptación es fundamental en sus vidas. Aprenden todo lo relacionado con las
artes amatorias además de adquirir la educación y la experiencia de los
mayores.
Transcurrido un
tiempo, cuando la madurez les ha llegado, vuelven a elegir pareja normalmente
de edad similar.
Foto Fiona Watson www.survival.com |
Las mujeres gustan de
adornar sus cabellos con una diadema característica hecha con algodón y el
plumón blanco de ciertas aves como el zopilote (una especie de buitre), que también
utilizan para engalanar flechas y arcos.
El achiote – pasta
roja que extraen del urucum- les sirve para pintar sus cuerpos desnudos y
darles un aspecto rojizo que les sirve de camuflaje en la espesa selva.
Los Zoé son un pueblo
afable cuya sencillez y humildad no tiene límites. No entienden el significado
de la palabra castigo y cuando algún miembro se siente malhumorado por algo, se
marcha voluntariamente del poblado hasta que recapacita y la alegría vuelve a
iluminar su rostro. Cuando regresa, los miembros de la tribu lo reciben con
algarabía, mostrándole su cariño con abrazos y caricias. Una curiosa costumbre
que tienen para estos casos es tumbar al miembro del grupo en el suelo y
comenzar a hacerle cosquillas haciéndole reír hasta casi provocarle el llanto
para que, según dicen, con la vuelta del buen humor también regresará la
cordura.
Les gusta tocar y
acariciar, sentirse unidos mediante el tacto de la piel, reconfortarse con
abrazos y caricias, consiguiendo trasmitir todo lo que sienten hacia el prójimo
en cada instante. La magia del pueblo Zoé reside en el magnetismo que trasmiten
en cada una de sus amplias sonrisas.
El Seh´py es la más
grande ceremonia colectiva para el pueblo Zoé. Este ritual de bailes y cánticos
que perdura hasta el amanecer, suele conmemorar desde la primera menstruación
de las jovencitas hasta la primera pieza cobrada en cacería por un joven varón.
Los hombres beben de un brebaje fermentado de cierto tubérculo que les hace
vomitar hasta pulgar sus estómagos por completo.
Los Zoé han tenido
malas experiencias con los extranjeros que llegaron hasta sus tierras por vez
primera en 1982. Los primeros en contactar con ellos fueron los misioneros
evangelistas Misión Nuevas Tribus de Brasil, quienes llegaron a instalarse en
sus territorios. Las enfermedades que les fueron trasmitidas, sarampión y gripe,
les provocaron grandes daños y diezmaron
considerablemente su población.
Pero la gran amenaza
que puede llegar a extinguir a este magnífico pueblo son las grandes industrias.
Las empresas madereras, de minería, las encargadas de la explotación de nueces, el cultivo de soja, así como las
acciones incontroladas de algunos misioneros, están acabando con el pueblo Zoé.
Ellos, ajenos al
mundo cruel que se ciñe cada vez más a sus fronteras, reciben con júbilo aquellas
gentes extrañas y feas que se adentran en sus ancestrales territorios.
Los Zoé sólo piden
que les dejen acuñar los conocimientos del mundo que les rodea, pero igualmente
les dejen vivir tranquilos en su selva como lo han hecho siempre; libres,
gozosos y felices, sin que nadie les oprima con la intención de expulsarlos de
sus territorios.
Por primera vez en el
año 2011 un grupo nativo Zoé viajó a la capital Brasileña (Brasilia) para
demandar a las autoridades proyectos de educación, así como un programa
eficiente de protección de sus territorios. Actualmente el pueblo Zoé mantiene
una tasa demográfica estable. El riesgo de ser aniquilados y pulverizados por
la rueda deshumanizada del progreso sigue latente.
El cauce del río
Cuninapanema silva cuando pasa por encima de las rocas desgastadas de su lecho
acuífero. Por el sendero antiguo que transcurre paralelo al río, los Zoé
caminan altivos con sus cuerpos desnudos acariciando la naturaleza. Un cordón
umbilical estrecho, débil e invisible, mantiene unido a los Zoé con la selva
que los vio nacer. Cuidar ése apéndice vivo y mágico es parte de la conciencia
de todos. Si ése vínculo que une a los Zoé con su madre selva se rompe, desaparecerán,
igual que tantas otras tribus antes que ellos. Sólo espero que la sonrisa del
pueblo Zoé perdure por siempre en la selva, y que bajo ningún concepto se
deteriore el ecosistema del que son parte fundamental en la amazonia brasileña.
Aportes y Datos:
Centinela del Sendero (Texto de mi anterior blog)
Survival
http://www.survival.es/indigenas/zoe
Documental:
Amazonía, Última llamada, Canal Plus
(Luis Miguel Domínguez)
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Comentarios
Con ellos ocurre como con los niños que nos empeñamos en educarlos a nuestra imagen y semajanza. Saltos y brincos
ResponderEliminarEs muy cierto, y muy triste además, pues en cuanto a convivir y saber adaptarse a su medio de vida, nos llevan siglos de ventaja. No necesitan que les enseñemos nada, más bien que les dejemos vivir en paz.
EliminarUn abrazo.
Salvo el "poturu" -cosa que me parece sumamente incómoda y desagradable jejeje- por lo demás, parecen ser un ejemplo de armonía y convivencia, tanto entre ellos como en relación a la Naturaleza. ¿sabremos nosotros, mundo "civilizado", comprenderlos y respetarlos?
ResponderEliminarMuy interesante artículo.
=)
Es cierto que ha de incomodo llevar ese pedazo de madera de tal guisa, pero ya se han acostumbrado y sin el se ven desnudos, qué distintos son a nuestros ojos...pero que felices son con tan poco.
EliminarEstoy convencido de que si nos acercamos a ellos terminarán desapareciendo. Sólo entiendo la necesidad de saber de ellos para proteger su entrono y a ellos mismos, pero seré feliz si no llegamos a comprender jamás su mundo, pues será un signo de que siguen estando aislados de nuestra sociedad.
Un abrazo amiga.
Creo que como dices lo mejor es no decir el sitio exacto en que se encuentran ya que eso pondria mas en riesgo su continuidad como pueblo en libertad, que ya van quedando muy pocos que caigan ante la acomentida de las grandes industrias que hacen un bien al mundo deforestando los bosques en busca de pasta.
ResponderEliminarEste pueblo lo conozco creo que alguna vez han hablado de ellos en la tele si no me equivoco y se merecen como los demas pueblos todo nuestro respeto, jejeje a lo mejor les da envidia a los Barcenas y compañia y se queiren ir a vivir alli jajajaj mejor que no se pedarían sin los poturus.
Buen documento el que nos dejas hoy querido.
unos abrazotesssssssssssss
Mejor que su lugar de vida permanezca en el anonimato para preservar su mundo. Hay un documental maravilloso de Luis Miguel Domínguez de canal plus muy bueno, y que utilicé como fuente para escribir el artículo.
EliminarUn abrazo amigo.
Jorge preciosa historia nos dejas que nos sirve de lección al llamado mundo civilizado, y cuanto tenemos que aprender de ellos, pero les acechan múltiples peligros como esas multinacionales que quieren desangrar las selvas del amazonas, o quemarlas con toda la riqueza que guarda dentro.
ResponderEliminarOjalá nos pareciéramos un poco a ellos.
Estoy convencido de que nos podrían dar mil lecciones sobre la vida, sobre todo del respeto necesario para conseguir que una sociedad funcione, cosa que nosotros hace mucho que perdimos.
EliminarUn abrazo amigo.
Hermosa lección de vida la que estos pueblos sin contaminar nos dan ... como el bebe recién nacido puro y sin maldad
ResponderEliminargracias por la entrega Jorge es preciosa .. y me has traído el recuerdo de un ser que adoro ... por que de ellos tb conoce
un abrazo
Muy cierto amiga, una bella lección de vida es la que nos trasmite ver a este pueblo, sosegado y feliz, caminando por la vida sin rencores y con el alma abierta a la vida. Me alegra que te gustase y que con ello recordases buenos momentos.
EliminarUn abrazo.
Hola Jorge, yo también espero que a pesar de tener al "enemigo" tan cerca se les respete y sigan con su vida como lo han echo siempre, magnifico este pueblo Zoé y todo lo que nos cuentas de ellos, ojala sigan con esa inocencia y esa alegría que les caracteriza, ellos si que nos dan una buena lección de convivencia de la cual nosotros los "civilizados" deberíamos aprender y mucho, lo que si siempre están por medio los curas o misioneros de las narices, cuanto mal no harán estas gentes, como tu dices mejor que no se sepa mucho de su ubicación y así mejor para ellos.
ResponderEliminarGracias amigo que como siempre nos enseñas algo nuevo para nosotros, magnifico trabajo el que haces:)
Besos.
Espero que la ruina que conlleva el modernismo no destroce su mundo. Son demasiados pueblos los que aún desean seguir viviendo sin límites en sus tierras y caminando descalzos por los senderos de sus antepasados sin tener contacto con nadie del exterior. Está en su mundo, la selva es su vida, si llegan y la destruyen ellos mueren.
EliminarUn abrazo amiga.
Espero que la civilización no llene de nubes la belleza de su cielo y la inocencia de sus miradas, ni sus cristalinas sonrisas como el agua que fluye en sus ríos.
ResponderEliminarUna bellísima entrada, en la que se respira la verdadera libertad con la que nace el hombre.
Gracias, querido Jorge por tus entregas.
Abrazos muchos y linda semana
Ojalá tus deseos se hicieran realidad. Aunque me temo que vale más un puñado de dólares que mil siglos de aprendizaje y supervivencia de un pueblo. Es triste pensar que halla gente capaz de anteponer los intereses económicos a la vida humana.
EliminarAsí somos de malvados.
Abrazos amiga.
MI querido hay algunos pueblos indígenas, que hasta hace muy poco estaban ajenos a la civilización y que con su forma de vivir ha sabido ser felices, por que todo gira alrededor de esa comunicación con la madre naturaleza, que les ofrece todo lo que necesitan.
ResponderEliminarBesos
Así llevan viviendo desde siempre, y aunque muchos puedan pensar que son pueblos salvajes, están ciegos ante lo que significa sobrevivir con los medios rudimentarios y básicos hasta nuestra fecha sin necesidad de coger nada ajeno, sólo aceptando y dosificando lo que hay a su alrededor en plena simbiosis con su medio.
EliminarPara mí, este pueblo, como otros tantos, son un elogio infinito a la vida.
Un abrazo amiga.
Esto demuestra con qué poco el hombre puede construir una sociedad feliz. Pero también se demuestra, lo fácil que nos resulta destruirla. Esperemos saber respetar el hábitat natural de estas tribus cuyo único pecado es el de saber ser felices.
ResponderEliminarUn abrazo.
Creo que así fuimos hace milenios, cuando nos unía un cordón umbilical invisible con la madre naturaleza y sabíamos respetarla y coger sólo aquello que necesitábamos. Supongo que al ser más numerosos y expandirnos, llegó el egoísmo y la obsesión por poseer lo que otros tenían.
EliminarEspero que ellos puedan seguir viviendo a su manera, sin la necesidad de tener que depender de si una bolsa invisible baja o sube o si el precio del negro material llamado petróleo se dispara o se descalabra. Creo que siento envidia de ellos, a pesar de que cualquiera de nosotros no duraríamos ni un año a su lado.
Un abrazo amigo.
Jorge, después de tu respuesta a Luismi poco tengo que decir, coincido plenamente, ojalá logren conservar su libertad.
ResponderEliminarUn abrazo afectuoso
Eso espero amiga, por ellos, por su mundo sin contaminar con tanto egocentrismo y tanta locura humana.
EliminarUn fuerte abrazo.
Malos augurios para este pueblo querido Jorge.
ResponderEliminarSi se les ha respetado minimamente hasta ahora es porque aún no consideran beneficioso nada de lo que tienen, pero pronto esas explotadoras industrias se encargaran de extinguir hasta la ultima hoja de ese paraiso habitado por ellos.
Ojalá esté equivocado, nada me gustaría más. Pero mi fé en el ser humano (mal llamado civilizado) es cada vez menor y se que nada detiene su avaricia aunque suponga su propia destrucción que se niegan a ver cada día más cerca.
Repito que ojalá me equivoque pero tanta felicidad no creo que puedan consentirla las multinacionales encargadas de exterminar cualquier ápice de humanidad y cordura.
Abrazos fuertes amigo ojalá (de nuevo) esté en un error.
Muy cierto amigo, yo tampoco confío mucho en un porvenir feliz para ellos-desgraciadamente- y seguro que no tardarán en diezmar sus recursos a base de talas indiscriminadas y contaminación de sus aguas. Es una pena que...pero el la pura verdad.
EliminarUn fuerte abrazo.
Con llevar a cabo la palabra respeto, bastaría. Pero ya sabemos todos que para algunos "poderosos" esa palabra no existe.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amigo.
No existe amiga, claro que no, el respeto es algo que para muchos les suena a cuento chino y es algo con lo que no se negocia ni se gana dinero.
EliminarUn abrazo.
Hola JORGE DONATO, por aquí estoy, con el placer de ver los misterios que guarda el mundo y el universo reseñados en tu blog. Espero leer poco a poco tan interesantes entradas. Lo de los Zoe, indígenas superiores porque no conocen la envidia y las mezquindades del ego, se me ha parecido a lo planteado con la película Avatar. La conexión de sus habitantes humanos y otros seres vivos, como la expresión verdadera y el único propósito de estar vivos en este planeta. Lo otro que me llamó la atención fue el uso del poturu, al recordarme la falsa barba de los faraones en egipto, sobre todo por la importancia de usarlo y llevarlo hasta la muerte, quizá sea alguna remembranza de antepasados que quisieron imitar a visitantes estelares. Felicitaciones por tu blog. te aseguro que me pasearé por él para aprender cosas asombrosas.
ResponderEliminarPues para mía será un placer compartir letras contigo. Me alegra que te gustase la entrada de los Zoe, pueblo que respira felicidad y la magia de su existencia reside en el alma transparente delos miembros d esta tribu ancestral.
EliminarUn abrazo y nos leemos.