ENTRADA RECIENTE

MONTEFRÍO

BLUE HOLE


J.J.D.R
Un negro y temible abismo. Un hueco de muerte cercano a la playa.
La nada eterna bajo el inmenso peso de un mar azul y bello.
Un oasis desde el aire. Un paraíso fotográfico desde tierra. La meta de miles de submarinistas embebidos por el ansia de la aventura.
En el golfo de Agaba, en la península del Sinaí (Egipto), bajo un mar de dientes de tiburón, se haya horadado entre magníficos campos coralinos, una enorme caverna en el estómago del mar de Dahab.

BLUE HOLE Foto www.flickr.com
Estas cuevas submarinas son conocidas como “Blue Hole”, y son numerosas en nuestros mares y océanos, constituyendo un lugar predilecto para aficionados y expertos submarinistas.
El Blue Hole de Dahab es un caso excepcional. Se trata de un enorme y bello arco de 26 metros de profundo y frío color azul. Su lecho marino, oculto a 120 metros de profundidad, alberga los cuerpos de más de cien submarinistas que perecieron al tratar de alcanzar el mar abierto.


El Blue Hole de Dahab es una trampa mortal. Una lengua de mar separa la playa del inmenso agujero. Los submarinistas han de sumergirse hasta los 60 metros para, inmediatamente, ascender en busca del mar abierto. Pero la negra caverna desorienta a los intrépidos submarinistas que al no encontrar la entrada, siguen descendiendo hacía las profundidades en búsqueda de una efímera salida en vez de ascender y lograr su ansiada salvación. 

EN RECUERDO DE LOS FALLECIDOS Foto www.sensaciones.org

Al continuar el descenso, la falta de oxígeno hace mella en los buzos. Comienzan a sentir los efectos de la narcosis provocada por el nitrógeno. Se sienten mareados y desorientados y terminan por dejarse llevar hasta acabar en el lecho marino.

Foto www.dahabhotel.com
En muchos casos la falta de experiencia y el mal equipamiento, y en otras ocasiones la excesiva confianza de los más expertos, ha ocasionado la perdida de muchas vidas.
Un auténtico cementerio se oculta bajo la gigantesca montaña de agua. En diversas inmersiones hasta el fondo marino, se han podido filmar los cadáveres de los infortunados submarinistas.
Youri Lipski, israelí de origen ruso, tenía 23 años y era instructor submarinista. 

Foto www.pinterest.com
Tenía experiencia y conocía del peligro del Blue Hole. Pero nada de esto sirvió para que salvase su vida. El 28 de abril del año 2000, se sumergió en la caverna llevando sobre su cabeza una cámara de vídeo. Sin conocerse bien los motivos, Youri se precipitó hacia las profundidades.

Foto vk.com
En su rápido y mortal descenso, la cámara no dejó de grabar en ningún momento, mostrando incluso el instante en el que el joven llegó a tocar fondo a una profundidad de 91,5 metros.


La belleza de algunos lugares de nuestro mundo nos atrae vivamente. El hombre sueña con ascender la montaña más alta, llegar a los más recónditos parajes de la tierra, descender a las profundidades de mares y océanos e, incluso, explorar más allá de nuestra órbita terrestre. El riesgo y la aventura es algo innato en nosotros, casi, me atrevería a decir que diseñado genéticamente en nuestro ser. Esto nos hace intrépidos y, a veces, demasiados confiados de nuestras capacidades. La naturaleza, que en ocasiones parece quieta y dulce, dócil y sensible, nos embelesa con su belleza para cobrarse después su tributo de vidas humanas.
Gaia es inmensa y preciosa a la par que dura y despiadada.

Aportes y Datos:
Texto de mi anterior blog Centinela del Sendero


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