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ESFERAS DE COSTA RICA

J.J.D.R.
Cientos de esferas de piedra, sembradas en el tiempo por una cultura antigua, reclaman hoy día la atención de la ciencia exigiéndole tesón y horas de investigación minuciosa, para lograr averiguar el misterio de su geometría perfecta y su significado aún sin respuesta.
Bajo la tutela sombría que ofrece un territorio minado de verde y espesa floresta, o amparadas por la variable geografía de un país mimético y pleno de contrastes, las esferas de piedra de Costa Rica, son un claro ejemplo de cómo la ciencia, en éste caso la arqueología, se encuentra ante un enigma frente al cual los investigadores no hayan una explicación unánime.

ESFERAS DE COSTA RICA Foto www.pueblosoriginarios.com
En la confluencia del río Sierpe y río Grande de Térraba, corazón del maravilloso delta del río Diquis en la península de Osa e Isla del Caño (Costa Rica), aparecen sin aparente ubicación lógica, cientos de misteriosas esferas de piedra magistralmente delineadas y perfectamente pulidas, como mudos testigos de un recuerdo antiguo e incompresible para nosotros.
Sobre la cultura que las realizó nada se sabe con certeza. Hay constancia histórica en la región desde hace 8000 años, pero no han quedado vestigios que sirvan para identificar concretamente de qué pueblo se trata.
El gran misterio que trae de cabeza a los arqueólogos, radica en  lograr averiguar porqué se tomaron tantas molestias en crear éstas esferas y sobre todo con qué fin lo hicieron y para qué sirvieron.

Foto www.monografias.com
Las esferas de piedra -también llamadas bolas por los ticos-  difieren en tamaño y peso, habiéndose encontrado esferas de apenas 10 centímetros, hasta la más grande que mide 2,57 metros de diámetro y su peso ronda las 16 toneladas.
Cada bola de piedra está confeccionada a mano y muchas de ellas contienen grabados o petroglifos de difícil transcripción.
La mayor parte  de ellas son de origen granítico, aunque se han encontrado algunas trabajadas en roca caliza.
Esparcidas por todo el país, es fácil encontrarlas en las faldas de una ladera, próximas a la playa, semiocultas bajo una gran bóveda boscosa, o en sitios tan alejados como Isla del Caño, lugar éste que trae de cabeza a los investigadores que no entienden cómo pudieron desplazar las enormes esferas hasta territorio tan lejano y deshabitado.
Nada se hizo correctamente en el descubrimiento de las esferas.


En el año 1939 la compañía bananera estadounidense Standart Fruit Company se establecía en Costa Rica. Sus enormes máquinas y su tecnología tardaron poco en desforestar cada palmo de terreno que se abría en su horizonte, para después sembrar todo el horizonte de banano.
Al abrir grandes claros en la tupida selva, quedaron al descubierto cantidad de extrañas esferas que rápidamente llamaron la atención de los trabajadores. George P. Chittenden era el explorador y responsable de la compra de terrenos para la compañía bananera. Cuando se enteró del descubrimiento trató de realizar algunas pesquisas pero sin mucho entusiasmo.
Las leyendas populares no tardaron en hacer furor entre los trabajadores de la compañía bananera, sobre todo cuando supieron de una historia que aseguraba que las esferas guardaban oro en su interior. Poco tardaron los extranjeros en dinamitar unas cuantas piedras hasta que cansados de tanta voladura, llegaron a la conclusión de que no había oro en sus entrañas.
¡Qué habría sido de la humanidad sin mentes tan maravillosamente amuebladas!


Tras varios días en los que el hallazgo de las esferas fue constante, contactó con su compatriota la arqueóloga Doris Stone. La doctora Stone, al escuchar de boca de su amigo la historia del inquietante descubrimiento, supo que aquello era algo importante y le hizo ver a Chittenden que era de suma importancia no tocar nada hasta que ella llegase.
Cuando en 1940 Doris Stone llegó a Costa Rica el mundo se le vino abajo.
Las máquinas no habían respetado nada. Una cantidad enorme de vestigios antiguos fueron arrasados sin ningún miramiento. Alrededor de las esferas, según le contaron, habían aparecido grandes figuras humanas y animales que fueron destruidas o expoliadas y muchos restos humanos que descansaban en tumbas antiguas fueron tirados literalmente a la basura. Con la deforestación de la tierra, también llegó la deforestación del recuerdo de los pueblos nativos costarricenses y la irrecuperable perdida de un sin fin de detalles que hubieran sido fundamentales para comprender la cultura que realizó las esferas.

Foto www.proyectoesferas.com
Durante año y pico la arqueóloga trabajó sin descanso sobre el terreno y en 1943 publicaba un extenso trabajo de investigación que a la postre serviría como base científica para muchos otros investigadores.
Pero el daño causado por la compañía bananera fue terrible.
Los grandes terrateniente comenzaron a llevarse las esferas a sus grandes fincas como elementos ornamentales para sus jardines, convirtiéndolo en una estúpida moda en la cual, si no poseías una esfera en tú jardín no eras nadie.
Por este motivo las esferas de Costa Rica son visibles en muchos lugares del país. Con el paso del tiempo, muchas fueron donadas a museos o colecciones privadas y otras adquiridas por estamentos gubernamentales para decorar fachadas, parques y edificios.

Foto www.doggie.com
La imposibilidad de concretar la ubicación exacta de las esferas genera un gran problema en la investigación. Actualmente algunos astrofísicos interesados por tan enigmáticas esferas creen que podría tratarse en origen de un calendario astronómico de grandes dimensiones.
Otros investigadores aluden a la posibilidad de que fueran utilizadas para señalar lugares sagrados o periodos conmemorativos, o bien podría indicar, colocadas a ambos lados de de una vivienda, la casta social de una familia y su poder jerárquico dentro del clan social.

Foto www.turismo.perfil.com
No se ha podido averiguar como fueron manufacturadas. No hay herramientas ni inscripción alguna que detalle el proceso. Lo único que se ha podido averiguar, es que cada una de las esferas fue confeccionada a mano y de forma individual, cuando las herramientas de hierro aún eran una quimera y el transporte de las esferas se realizó manualmente ya que se desconocía el uso de la rueda.
Tanto la simetría como el pulimento de la piedra son excepcionales. No han sido descubiertos, ni se tiene constancia, de la existencia de canteras de granito.
Por todo ello, sorprende contemplar la geometría esférica más grande del mundo situado en Palmar Sur, en el yacimiento arqueológico conocido como el Silencio, y cuya circunferencia mide 2,57 metros y su peso alcanza las 16 toneladas.  Es
una enorme bola de granito actualmente muy deteriorada, no por la acción del tiempo, sino por la quema de las adyacentes tierras de cultivo y la miserable actuación de muchos turistas que se dedicaron a extraer pequeñas porciones  de roca como souvenirs.
 
Foto www.es.wikipedia.org




Desde que la arqueóloga Doris Stone realizase la primera investigación sobre las esferas de piedra hasta el día de hoy, diferentes grupos de investigación continúan tratando de desvelar el misterio que rodea a las esferas. Pero hasta la fecha no se ha conseguido dilucidar su significado.
 
Foto www.perezzeledon.net

Costa Rica es uno de los países más hermosos de nuestro planeta, en el cual un
Radiante horizonte de naturaleza exuberante embruja al observador.
Las aguas de un mar cristalino braman y mueren en brazos de la blanca y fina arena, y el húmedo e interminable bosque acoge el sinfónico concierto de miles de aves de bello plumaje. Costa Rica es un paraíso natural, un oasis único e incomparable donde el sentimiento de “pura vida” se torna amigable saludo.
El misterio de las esferas sigue inmutable, sin respuesta.
Quizás, quién sabe, porque perdimos hace tiempo la capacidad de dialogar con nuestro entorno, con nuestro universo natural, seguramente la única clave para entender el mágico legado pétreo dejado por los antiguos pobladores del hermoso territorio costarricense.

Aportes y Datos:
Texto de mi anterior blog Centinela del Sendero








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