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J.J.D.R.
Cuando derribó el
muro de su vivienda el hombre quedó desconcertado. De repente se encontró una
habitación vacía y oscura inesperadamente adosada a la estructura de su casa.
Asombrado e incrédulo se adentró en aquella nueva habitación e inspeccionó la
estancia. Era una habitación de mediano tamaño cuyos muros evidenciaban una
gran antigüedad. Para mayor asombro y desconcierto, notó que el aire era fresco
y no estaba estancado como cabría suponer de un lugar cerrado. Aquello le animó
a seguir golpeando las paredes. Al tercer mazazo sobre la débil roca, uno de
los muros cayó de inmediato al suelo con gran estrépito, levantando una gran
polvareda y dejando al descubierto otra habitación de iguales dimensiones que
la primera.
CIUDAD SUBTERRÁNEA DE DERINKUYU Foto www.cappadociatourkey.net |
Muro tras muro,
habitación tras habitación, bajo las horadadas rocas volcánicas del antaño
suelo otomano, aquel hombre, sin saberlo, acababa de abrir de par en par las
puertas de la hermosa ciudad subterránea de “Derinkuyu”.
En un descenso
frenético fueron apareciendo túneles, enormes salas comunitarias, depósitos de
agua, canales de ventilación, sistemas de alarma y puestos de seguridad a lo
largo de una enorme ciudad excavada bajo tierra. Lo que comenzó siendo la
simple reforma de una casa, se transformó inmediatamente en uno de los
principales descubrimientos de la legendaria región de Capadocia.
Derinkuyu se
encuentra en Capadocia en Anatolia central (Turquía), y forma parte de las
provincias de Aksaray, Nigde y Neusehir. Es un territorio lleno de magia y
exultante belleza cuyos paisajes y monumentos esculpidos por la naturaleza
durante milenios convergen en campos y valles haciendo creer realmente al
visitante que se encuentra en un planeta distinto a la tierra.
Foto www.fotokritic.com |
En el año 1963 tras
la reforma de una vivienda, arqueólogos y antropólogos, quedaron maravillados
por el descubrimiento de una enorme ciudad subterránea de infinito valor
histórico y cultural. Inmediatamente comenzaron las excavaciones y el
desarrollo de las investigaciones arqueológicas para determinar quienes
construyeron la ciudad y el porqué de su ubicación bajo tierra.
Actualmente se han
excavado 20 niveles en Derinkuyu, de los cuales 8 son los que pueden ser
visitados, quedando el resto restringido para arqueólogos e investigadores.
El filósofo e
historiador griego Jenofonte citó en su escrito “Anabasis de Jenofonte” (subida
de expedición al interior, expedición de Ciro el joven), la existencia de
ciudades subterráneas en Capadocia, dónde describía cómo familias enteras
vivían allí con los requisitos imprescindibles para subsistir.
Hasta la fecha,
reconociendo la fiabilidad del legado escrito de Jenofonte, se han descubierto
36 ciudades subterráneas en la región de Capadocia, siendo Derinkuyu la de
mayor extensión y la mejor conservada.
Foto www.commons.wikipedia.org |
Los arqueólogos han
excavado hasta llegar a los 40
metros de profundidad pero según las prospecciones
realizadas, creen firmemente que la ciudad se extiende hasta los 80 metros bajo tierra. El
primer nivel descubierto se ha datado en el 1400 a .C. posiblemente
excavado por el pueblo que dominó la región desde 3500 al 1200 a .C., los Hititas.
Después llegarían los
frigios y 500 años después los persas hasta que la ciudad fue tomada por
Alejandro Magno en el 333 a .C.
La región estuvo dominada por los Romanos y posteriormente perteneció al imperio
Bizantino, pasando a ser ocupada por los primeros cristianos en el siglo II y
III. De hecho, Pablo de Tarso, (popularmente conocido como san Pablo), viajó a
Capadocia en los años 44 y 58. Los cristianos de los siglos VI y VII llegaron a
excavar, acondicionar y decorar, cerca de 600 iglesias que están repartidas por
toda la región, de las cuales muchas se conservan en muy buen estado.
Foto www.en.wikipedia.org |
Ante tan notable
historia de grandes pueblos conquistadores, no es de extrañar que la región de
Capadocia esté considerado elemento esencial en la historia antigua.
Adentrarse en
Derinkuyu es introducirse en un mundo antiguo y maravilloso. Parece increíble
la habilidad de la que hicieron gala sus constructores, al no faltar detalle
alguno, en un lugar que está excavado bajo tierra y que dispone de todas las
comodidades imaginables para la época. En distintos niveles hay establos,
comedores, iglesias con hasta tres metros de altura, cocinas que mantienen aún
el hollín dejado por el fuego, prensas de vino y aceite, bodegas, tiendas de
alimentación, escuelas, habitaciones familiares, zonas comunes y hasta una
taberna. Se han encontrado 52 pozos de ventilación repartidos por diferentes
niveles imprescindibles para el abastecimiento de aire que funcionaban como una
auténtica red de aire acondicionado. Los ingenieros que se han acercado al
estudio de la infraestructura de Derinkuyu, han quedado anonadados frente a
tamaño ingenio de construcción.
Foto www.elorigendelhombre.com |
Ninguna de las
viviendas de la ciudad se comunica con otra siendo todas independientes. En los
lugares estratégicos se han hallado profundos pozos de agua que sirvieron para
la manutención del pueblo. Un dato muy importante es la estimación que han
hecho sobre la cantidad de gente que pudo vivir en Derinkuyu. La ciudad estaba
preparada para acoger a unas 3000 personas, aunque se cree que en situaciones
de crisis debidas a conflictos o intentos de invasión podía albergar a cerca de
50.000 almas.
Cuando el enemigo
acechaba a las puertas de la ciudad subterránea, los habitantes de Derinkuyu,
se afanaban en bloquear mediante enormes piedras circulares de 50 centímetros de
grosor y un peso de 500 kilos, las zonas que querían proteger. Lo hacían desde
dentro quedándose totalmente aislados en el interior de las zonas previstas
durante el tiempo que fuese necesario. Las artimañas de los conquistadores para
hacerlos salir eran muchas y variadas, como envenenar los pozos de agua.
Foto www.pacal.de |
En un mundo
subterráneo, la oscuridad fue disipada mediante lámparas de aceite que,
colocadas debidamente por toda la ciudad, iluminaba la vida de los pobladores
de Derinkuyu.
Las ciudades
subterráneas de Capadocia fueron construidas obedeciendo a las necesidades de
sus habitantes de protegerse de las continuas invasiones. Lógicamente cave
preguntarse el porqué eligieron hacerlo bajo tierra y de manera tan laboriosa,
y no en la superficie y utilizando las mismas técnicas como hubiese sido más
común. Aquí hay varias teorías, de las cuales, hay una clara diferencia entre
lo que los arqueólogos suponen y lo que opina otro grupo de investigadores, que
de forma más atrevida aunque no menos brillante, presuponen fueron las
circunstancias de tal decisión.
Capadocia es una
región volcánica en la que el terreno muestra unas características muy
particulares. La piedra volcánica, mezcla de ceniza y barro creada tras las
erupciones volcánicas, es maleable y especialmente fácil de excavar. Por eso
los arqueólogos piensan que para los constructores antiguos les fue más cómodo
construir la ciudad hacia el interior de la tierra que no en el exterior,
sumando además el factor de seguridad frente al invasor que he mencionado
anteriormente.
¿Qué cómo lo
hicieron? Los arqueólogos creen que excavaron túneles de ventilación hasta
alcanzar los 75 o 80
metros de profundidad. Una vez terminado este primer
paso, lateralmente a los túneles de ventilación se construyeron lo que serian
las calles de la ciudad. Después seguían perforando la tierra hasta encontrar
los pozos de agua esenciales para sobrevivir. A partir de aquí se levantaba el
resto de estancias hasta completar el núcleo principal de la ciudad.
Foto www.pinterest.com |
Una ciudad
subterránea de las características de Derinkuyu, ¿No habría creado enormes
montañas de escombros producto de la excavación?
Para éstas cuestiones
los expertos piensan que se actuó de la siguiente forma; cuando los pozos de
ventilación estuvieron perforados, y también se hubo localizado el agua, se
utilizó los canales de ventilación para sacar los escombros que después fueron
esparcidos por el terreno o tal vez fueron arrojados a los ríos y terminaron
diseminados con el transcurrir del tiempo.
Para otros
investigadores las ciudades subterráneas de Capadocia esconden realidades muy
diferentes y no menos sugerentes para los amantes del misterio. Sus teorías,
alejadas de la ortodoxia, se basan en la aparición en las zonas más antiguas de
la ciudad, de zonas mucho más elevadas y acondicionadas para gente de mayor
altura y envergadura que, tras ser ocupadas por sus posteriores habitantes,
fueron adaptadas para la vida de personas mucho más bajas.
Entre éstos
investigadores se encuentran afamados escritores como Ghahan Hancock, Rand-Ath,
Colin Wilson o Andew Collins, quienes hablan de una antigua civilización,
anterior a Mesopotamia y Egipto y completamente desarrollada, que desapareció
tras la gran glaciación ocurrida hace 11.000 o 12.000 años y que produjo un
gran diluvio mundial, recogido por las tradiciones orales y escritas de casi
todos los pueblos de la tierra. Andew Collins, refiriéndose especialmente a
Derinkuyu, argumenta que hacia el 9 milenio a.c. Turquía sufrió una breve era
glacial que perduró durante 500 años. Los habitantes de la región, mucho más
corpulentos que nosotros, cavaron las ciudades de Capadocia para huir del frío,
resguardándose bajo tierra a temperaturas que oscilan entre los 10 y 12 grados.
También reflejan en sus investigaciones, la coincidencia de que fuese
precisamente en ésta zona dónde nació el mito de Shambalah, reino subterráneo
que abarcaría todo el continente Asiático.
El misterio siempre
ronda los grandes descubrimientos arqueológicos. El desconocimiento de los
hechos ocurridos tanto tiempo atrás, da lugar a todo tipo de elucubraciones. Es
la magia de la ensoñación.
Sin lugar a dudas
Capadocia es un lugar místico y decorado con monumentos naturales, recordatorio
de un mundo de ficción lleno de magia. Un ejemplo son “las chimeneas de las
hadas” que salpican la región. Son formaciones geológicas únicas en el mundo.
Pilares cónicos de roca volcánica que por la erosión del viento y el agua, las
partes más bajas han sido desgastadas quedando el basalto, mucho más duro,
aislado en lo alto de los pilares como graciosos gorros decorativos. Algunas de
estas “chimeneas de las hadas” fueron habitadas durante muchos años y hasta
cuentan con habitaciones, ventanas y escaleras talladas con enorme detalle en
su interior que llegan a ser de cinco plantas. Actualmente algunas funcionan
como alberge para los turistas que visitan la zona durante todo el año.
Capadocia está en la lista de la UNESCO como patrimonio de la humanidad.
CHIMENEAS DE HADAS Foto www.nationalgeographic.com |
Un simple vistazo
sirve para enamorarse del paisaje de Capadocia. El valle de Zelve, el museo al
aire libre que forma Göreme, con sus iglesias tan bellamente conservadas, y las
ciudades subterráneas de Derinkuyu y Kaymakly, por nombrar las dos más
conocidas, hacen que Turquía cuente con uno de los lugares más extraordinarios
del planeta.
Derinkuyu sigue
asombrando hoy día a antropólogos y arqueólogos. La habilidad de la que
hicieron gala sus constructores, deja patente excelsos conocimientos de
ingeniería y perfección en el desarrollo del trabajo. La ciudad quedó a
resguardo de invasores y los que lograron adentrarse en sus laberínticos
túneles, terminaron desistiendo al quedar aislados gracias a sus métodos
defensivos.
Foto www.grupanya.com |
Bajo la tierra
volcánica de Capadocia, en Anatolia central, la luz penetra hoy día por los
túneles de la gran ciudad de Derinkuyu. La oscuridad que reinó en el hueco
socavado de la tierra y guió los pasos de sus moradores durante milenios, fue vencida
por el mazo de un hombre que sin quererlo, derribó un muro que separaba dos
mundos paralelos, dos épocas lejanas, y sin embargo abrazadas desde siempre.
Aportes y Datos:
Texto de mi anterior blog Centinela del Sendero
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Comentarios
Admirable!... un sitio que merece conocerse. Gracias por este artículo.
ResponderEliminarSaludos
Cuántas civilizaciones maravillosas habrán existido y quedan por descubrir...
ResponderEliminarDesde luego estoy viajando desde el sillón gracias!