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MONTEFRÍO

EL NIÑO DEL CERRO EL PLOMO

 

J.J.D.R.


Trató de esconder su cuerpo entre brazos y piernas abrazándose en una búsqueda desesperada de hallar algo de calor entre los pliegues de su ropa. Sin poder moverse, se dejó llevar por el insomnio hasta rendirse en brazos de Morfeo. En la más absoluta soledad y herido por el frío glaciar de la cumbre andina, fue conducido hasta el valle que delimita la vida y la muerte. Inti, el dios sol inca le esperaba. Cerró sus ojos y caminó tras él.


Niño del Cerro El Plomo Foto mnhn.gob.cl


Guillermo Chacón junto a su amigo Luis Gerardo Ríos y el sobrino de este Jaime Ríos ascendieron la montaña hasta llegar a Puente Alto. Aún quedaba un largo trecho hasta alcanzar su principal objetivo, la cumbre del Cerro El Plomo ubicada a 5400 metros. Frente a ellos Santiago de Chile. Buscaban restos arqueológicos en aquella cima de la cordillera andina y sabían que lograrlo dependía de alcanzar la cota donde se hallaban tres estructuras de piedra que de contener algún enterramiento podría darles algún beneficio económico. En previas incursiones habían encontrado amuletos y alguna que otra figurilla. Guillermo Chacón era el mayor del grupo y el último tramo hasta alcanzar la cima le pareció demasiado esfuerzo. Así que se quedó en Puente Alto y su amigo y su sobrino subieron hasta la cima. Lo primero con lo que se toparon fueron varios objetos entre los que destacaban dos camélidos de bella factura. Animados por el hallazgo excavaron el pequeño túmulo hasta que se toparon con una pequeña caja. En su interior se encontraba el cuerpo de un pequeño niño. Su estado de conservación era tan increíble que parecía que durmiera. Descendieron el cerro y tras reunirse con Guillermo decidieron esconder el pequeño cuerpo en una cueva y tan solo bajar las piezas que habían encontrado junto al niño. En los días y semanas posteriores comienzan a buscar compradores. Viajan a Santiago y en su tentativa de vender las piezas en el Museo Histórico Nacional no consiguen siquiera que les reciban. Será en su segundo intento, esta vez en el Museo de Historia Natural, cuando logran entrevistarse con la que entonces era jefa de sección del departamento de antropología Dra. Grete Mostny.



Dra. Mostny Foto wikiwand.com


Tras un rápido vistazo a las piezas mostró interés, pero el Sr. Humberto Fuenzalida director del Museo no estaba y les instó a regresar pasado unos días. El encuentro se realizó finalmente, pero no llegaron a un acuerdo económico. Fue posteriormente cuando la Dra. Mostny llegó a un acuerdo satisfactorio por todas las piezas excavadas por un total de 45.000 pesos de la época. Los medios de comunicación chilenos se hicieron eco de la noticia y en grandes titulares se anunció el gran descubrimiento de lo que en principio se pensó era la momia de una princesa incaica.


Foto elturismochileno.blogspot.com


El primer estudio en profundidad de los restos hallados en Cerro El Plomo fue realizado en 1954 a cargo de un equipo multidisciplinar dirigido por la Dra. Mostny. La investigación determinó que el pequeño cuerpo pertenece a un niño incaico de entre 8 o 9 años cuya altura es de un metro cuarenta y cuatro centímetros. Su cuerpo estaba liofilizado de forma natural, de ahí su perfecto estado de conservación. Para lograr que un cuerpo se conserve de tal forma se han de dar circunstancias muy precisas de presión y temperatura. La liofilización es una técnica que se utiliza actualmente para el tratamiento de tejidos, bacterias y huesos, que serán utilizados quirúrgicamente en trasplantes. El cuerpo del pequeño se deshidrató por completo, conservándose las propiedades físicas y químicas gracias a las bajas temperaturas y sin cambios ambientales que pudieran alterar el proceso natural. Un segundo estudio, más avanzado y con mejores técnicas de investigación, fue realizado en 1980 por Eliana Durán S. quien se encargó de comprobar el estado del Niño del Cerro El plomo tras más de un cuarto de siglo tras su hallazgo.


Foto es.wikipedia.org


Aquí he de añadir que, desde que el cuerpo pasó a ser propiedad del museo, se conserva en una cámara especial cuya temperatura constante es de entre -2 y -4 grados y una humedad que oscila entre el 42 y el 45 por ciento. En este estudio llevado a cabo en 1980, por vez primera se utilizó un equipo de tomografía computarizada, el cual determinó que el pequeño no tenía heridas o lesiones traumáticas que hubieran provocado su muerte. En 2003 se realizó un nuevo estudio llevado a cavo por el Museo Nacional de Historia Natural junto a la Universidad de Chile. En esta ocasión se realizó una reconstrucción en 3D de todo el cuerpo y se logró identificar y extraer ADN del pequeño lo que sirvió para determinar su grupo sanguíneo. Posteriormente se ha logrado realizar un levantamiento fotogramétrico del cuerpo que ha servido para realizar una copia de este a tamaño natural. Siguiendo con las recomendaciones de la UNESCO que sugiere la no exhibición de cuerpos humanos en exposiciones, el museo retiró el cuerpo original que se exhibía en la sala Chile Biogeográfico y lo reemplazó por una réplica que es la hoy se puede contemplar.


Foto latercera.com


El pequeño príncipe del Cerro El Plomo fue sacrificado por su pueblo como ofrenda en un ritual o ceremonia religiosa denominada Capacocha, la cual era realizaba por los pueblos originarios del Tawantinsuyu como ofrenda a su dios solar Inti Raymi. Esta ceremonia solía realizarse llegados los solsticios, pero también era común en épocas de cosecha, cuando se producía alguna catástrofe natural o acontecía el fallecimiento o enfermedad del cacique o curaca inca. Para el sacrificio eran elegidos niños o niñas por lo general de bellos rasgos y que estuvieran sanos.


Ritual Capacocha Foto emisariosdelsol.blogspot.com


La clase social a la que debían de pertenecer no era importante, y eran elegidos tanto niños de clases sociales altas como de escalafones más bajos. El pueblo inca, extendió por todo el Tawantinsuyu (su imperio), toda una red de centros ceremoniales y adoratorios que construyó en puntos estratégicos de la cordillera andina, vertebrando en todo su imperio su particular visión religiosa del universo en el que las montañas representaban la fertilidad de un pueblo que deseaba acercarse lo máximo posible al cielo donde moraban sus dioses. De ello son buenos ejemplos los santuarios de Altura del Cerro El Plomo o los ubicados en el Aconcagua o en el estratovolcán Licancabur.


Santuario de Altura del Cerro El Plomo Foto codigoandino.org



El niño viste el Unku, una camisa de lana de color oscuro que lleva adornos de piel blancos ribeteados con flecos de lana roja. Su cuerpo está cubierto con una Yukolla o manta, y cubre sus pies con unos mocasines o Hisshu de cuero que están bordados con una cinta de lana. En su antebrazo derecho porta un brazalete ancho de plata laminada y toca su cabeza con un gorro negro del cual prenden plumas de cóndor. Su rostro está pintado de rojo con franjas ocres y llama la atención el esmerado peinado elaborado con más de 200 trenzas. Su cabeza está rodeada por un Llautu, cordón de pelo que está fuertemente atado a y que gira varias vueltas sobre la cabeza hasta caer por su barbilla sosteniendo un adorno de plata.


Foto mnhn.gob.cl


Por su indumentaria se ha estimado que podría pertenecer a la zona de Coyasuya, provincia que estaría ubicada al sur del Tawantinsuyu. Hay una referencia del siglo XVII efectuada por un cronista indígena llamado Felipe Guamán Poma de Ayala el cual escribió en “EL primer Nueva Crónica y Buen Gobierno de 1615”, lo que puede ser una descripción que podría ajustarse a la identidad del Niño del Cerro El Plomo cuando describe a “un jefe del coyasuyu el cual portaba un adorno de plata bajo la barbilla, un brazalete y calza mocasines”. Según esta hipótesis estaríamos ante el enterramiento de un pequeño noble, o quizás un príncipe inca.


Foto digital.elmercurio.com


Como ofrenda funeraria junto al cuerpo se encontraron dos figuras de camélidos, una fabricada con el molusco espondilus y otra realizada con una aleación de oro y plata. Llevaba una bolsa de lana recubierta con plumas de parina que contenía hojas de coca. A parte, había otra bolsa que contenía trozos de cabello, algunas hebras de lana roja, y una figura antropomorfa de plata de sexo femenino que estaba vestida con prensas textiles y coronada con un tocado cefálico de plumas rojas y amarillas. Por último, y también dentro de esta bolsa, se hallaban los dientes temporales del pequeño.


Foto monumentos.gob.cl


El niño fue llevado por la comitiva religiosa hasta la cima del Cerro. Durante los días y horas previas al sacrificio lo mantuvieron drogado a base de la ingesta de chicha y hojas de coca. Cuando culminó la ceremonia, el pequeño fue introducido en una cámara rectangular y enterrado vivo en una cavidad previamente excavada a unos 80 centímetros de profundidad sobre un suelo totalmente congelado. Después fue tapiado con piedras de laja y a su alrededor se levantaron pequeños muros de piedra. De esta terrible manera murió nuestro joven protagonista.


Foto jstor.org


Trato de imaginar que sus últimos pensamientos y sentimientos estuvieron velados por una perturbadora inconsciencia producto de la continua ingesta de chicha. Prefiero imaginar que apenas tuvo tiempo de sentir el frío glaciar de las altas cumbres andinas, el suelo helado sobre el que fue depositada su mortaja, el eco de sus propios susurros y su débil y tibio aliento rasgando sus manos así como el profundo silencio que debió de acontecer cuando sólo y frente a la muerte anduvo errando hacia el dios sol al que le habían enviado. De no ser así, de no tratar de imaginar que la inconsciencia le proporcionó un plácido y rápido desenlace, sería imposible tratar de describir final tan aterrador y doloroso.


Foto es.wikipedia.org


El niño del Cerro El Plomo continúa dormido pese a haber pasado más de 500 años desde que inició su viaje al más allá. Me gusta pensar que así es y, mirando su cuerpo, realmente parece que se hubiera quedado dormido apenas hace un rato.

El hallazgo de su cuerpo, el descubrimiento de su enterramiento en la cima del Santuario de Altura del Cerro El Plomo es el mayor descubrimiento arqueológico hasta la fecha en la historia de Chile, y el relato de su hallazgo y la trágica historia que nos cuenta su cuerpo, otro capítulo más de vida y muerte, de poder y vasallos, dioses acreedores de vidas inocentes y reyes obedientes. En definitiva, la génesis de nuestra historia y cómo no, la del ser humano.


Aportes y Datos:

Museo Nacional de Historia Natural de Chile

https://www.mnhn.gob.cl/colecciones/nino-del-cerro-el-plomo-una-valiosa-pieza-antropologica

Consejo de Monumentos Nacionales de Chile

https://www.monumentos.gob.cl/patrimonio-mundial/lista-tentativa/santuario-altura-cerro-plomo


 

 

Comentarios

  1. Por lo que sé, este tipo de sacrificios se hacian con los niños consagrados de la nobleza, los más sanos, los más puros, los mejor alimentados. Tuve oportunidad de ver de cerca tres momias similares halladas en la cordillera cerca de Salta, donde hoy hay un museo especialmente dedicado a ellos, con especial tecnología para su correcta preservación. Son actuales los debates sobre si es correcto exhibir restos humanos como objetos arqueológicos. No todos lo consideran ético. Muy interesante artículo y excelentemente documentado. Un abrazo
    P.d
    espero tu foto!

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  2. Estupendo artículo amigo, estos temas aparte de su crudeza despiertan siempre gran interés y expectación. Creo que también existe otro cuerpo de una muchacha que también parece estar dormida, ya que su conservación está intacta. Qué crueldad se vivía con tan escasos conocimientos y que mal lo deberían pasar esos pobres niños.
    El artículo, como siempre, es fascinante, muy bien documentado y no deja de ser historia que siempre debemos conocer.
    Un gran abrazo amigo y feliz fin de semana.

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  3. Impactante tu riguroso pormenorizado artículo e informe, amigo. Aquí en Argentina, exactamente al otro lado de la Cordilllera de Los Andes, en la provincia norteña de Salta, tuve oportunidad de ver un caso de similares características, en el MAAM (Museo Arqueológico de Alta Montaña), donde se exhiben unas momias encontradas y preservadas en similares condiciones. Destacó además tu sensibilidad y buen juicio para, además de narrarnos los hechos, si se quiere históricos, dejar sentada tu posición sobre lo aberrante de los mismos.

    Abrazo agradecido una vez más.

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  4. Hola Jorge!
    Algo me sonaba el nombre, sin duda otra de esas mas que interesantes historias que siempre nos traes.
    Un saludo feliz semana!

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  5. Impresionante descubrimiento. La verdad es que el niño parece que estuviera dormido desde hace poco tiempo y no quinientos años. Pobrecillo, vaya muerte más terrible, cómo intenta taparse con su ropaje de lana.
    Abrazos.

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  6. Algo sabía de este niño, pero después de tu excelente narrativa y gran trabajo de investigación documental, con datos que desconocía, ahora, mi opinión ha cambiado mucho, ya que tengo claro que drogado o no, no deja de ser un terrible crimen lo que hicieron con esta criatura., y por lo que te he leído tu también lo piensas.
    Un fuerte abrazo, Jorge.

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