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ALBARRACÍN

 

J.J.D.R.

El sol comienza a precipitarse sobre la línea del horizonte y un lienzo de matices anaranjados y ocres lo cubre todo ante mis ojos. A mi izquierda, observo la extensa muralla medieval y sus emblemáticas torres defensivas, en donde posando en divertidas posturas, una pareja disfruta tomándose fotografías. Un poco más alejado y a mano derecha el cielo comienza a oscurecerse sobre la Catedral del Salvador y el Alcázar y yo, desde lo alto de una parda y rocosa loma y sentado frente a siglos de historia, me dejo seducir por los colores que dibuja el ocaso sobre las empinadas y adoquinadas calles de Albarracín, uno de los pueblos más bellos de España.


Albarracín Foto escapadarural.com


Las serranías de Albarracín, el Tremedal y Menera, cuyas montañas ricas en cuarcita y pizarra se formaron en el periodo jurásico hace 166 millones de años, crearon una sucesión de valles y collados atravesados por ríos y frondosos y húmedos pinares que conforman hoy día un vasto territorio rodeado de excepcionales rincones. En abrigos rocosos y abruptos cortados en laderas y roquedales, huellas del paso primitivo del ser humano guían al senderista que se adentre en los pinares de Rodeno, pudiendo contemplar figuras de cazadores y animales en pinturas rupestres de hace 7000 años consideradas unas de las más importantes representaciones del arte rupestre levantino y la constatación de la presencia remota del ser humano en estos pagos. Tiempo después se establecerían en la zona los Lobetanos, uno de los primeros pueblos íberos, aunque poco sabemos de ellos a excepción de lo descrito por Ptolomeo en su obra Geografika, cuyos vecinos fueron los edetanos por el este, los celtíberos al norte y los bastetanos por el sur. Romanos, Cartagineses y árabes construyeron parte de la historia de esta mágica comarca, dejando latente la impronta de su cultura, su simbología y arquitectura en el entramado de estrechas callejuelas y pequeñas plazoletas de Albarracín.


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Albarracín está ubicada a 1171 metros de altitud al suroeste de la provincia de Teruel en tierras aragonesas. En las proximidades de su actual ubicación se levantaba la villa romana de Lobetum a la que los árabes (1012-1069) renombraron como Alcartam al fundar en ella la familia bereber Al- Banu- Razin, -pertenecientes a la tribu Hawwara-, una pequeña taifa tras la conquista de Tariq y su posterior establecimiento en Córdoba que pasaría a llamarse más tarde Abun Razin de donde se cree procede el nombre actual de Albarracín.


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No deseo extenderme en la dilatada historia de este hermoso pueblo, que por fascinante y amplia, bien merecería no uno sino cien artículos, pero sí quisiera mencionar la presencia de una figura mítica a la par que misteriosa de nuestra historia y que desde mi infancia atrajo mi atención. Se trata del paso por estas tierras de Rodrigo Díaz de Vivar, el icónico Cid Campeador, quien en el 1090 conquistó esta plaza, obteniendo el tributo y la incorporación de las huestes bereberes a las del campeador necesarias para el asedio que llevó a cabo sobre la ciudad de Valencia en 1094. Ni la palabra ni los hechos fueron los establecidos en la conquista de Albarracín por parte de los vencidos, puesto que el Campeador no se vio asistido por las huestes bereberes en el asedio de Valencia, cobrándose posterior venganza por tan alta traición derrotando definitivamente a los almorávides en la batalla de Quart, en las proximidades de Valencia el 21 de octubre 1094.


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Albarracín tiene consideración de Monumento Nacional desde 1961 y se mantiene desde hace años como candidata a ser elegida Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Tan sólo es necesario darse un paseo por sus calles para ser conscientes de la belleza de tan extraordinario emplazamiento. Eso sí, para conocerlo en profundidad es necesario concienciarse de que se hará ejercicio, y es necesario ir provisto de ropa cómoda y buen calzado que ayudarán en la ascensión de las infinitas cuestas y desniveles que tendrás que recorrer hasta alcanzar la zona más elevada del pueblo. Pero, como todo esfuerzo suele tener recompensa, acceder a las vistas que Albarracín nos regala desde sus miradores bien merece una larga caminata. En todo momento destaca por su colorido y fuerza paisajística la característica piedra roja rodeno que está presente en cada esquina y cuyo característico color es producto de la oxidación del cuarzo rojizo de la que está compuesta.


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El pueblo creció en la falda de una montaña. Allí amanece, allí duerme, y es todo un espectáculo buscar un lugar apartado para rendirse ante los muchos matices de luces y colores que la piedra regurgita en reflejos centelleantes. Aquí la piedra, la roja roca, es la piel del pueblo, y en ella se derraman los destellos del sol a su antojo. Al atardecer, cuando ya el astro rey se oculta y las luces de las viviendas comienzan a salpicar las calles y plazas, Albarracín se convierte en un candil de luz que ilumina la sierra y en su infinito y celeste tejado acuna un infinito océano de estrellas.


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Caminar por sus calles es atravesar un túnel temporal que nos lleva de inmediato al medievo, donde es imposible no sorprenderse ante los balcones esquineros de muchas viviendas que aparecen tras doblar cualquier estrecha callejuela o al atravesar uno de los muchos arcos o puentes que nos vamos encontrando en el camino o ante la singularidad de la casa de Julianeta ubicada en el portal de Molina y cuya estructura es todo un desafío de la perspectiva y un ejemplo de aprovechamiento del espacio. Su plaza mayor es lugar de tránsito obligado. Construida sobre un foso natural de la propia muralla allá por el siglo XI, fue rellenado por los musulmanes tras las actuaciones de ampliación de la ciudad. Recomendable es pararse un buen rato en el mirador construido en 1957. 


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Desde este emblemático lugar es posible disfrutar de una de las vistas panorámicas más espectaculares de Albarracín. A la izquierda se puede ver gran parte de la muralla defensiva y de fondo la iglesia de Santa María. Todo ello, desde una altura que nos permite observar el discurrir del cauce del río Guadalaviar y su paseo fluvial. En el centro del pueblo destaca la catedral del Salvador de Albarracín del s. XII levanta sobre una primigenia aljama.


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La iglesia de Santiago data de 1600 y es obra de Alonso de Barrio Dajo y vinculada a la orden de Santiago. El alcázar de Albarracín sigue siendo lugar de prospección arqueológica y, gracias a las restauraciones realizadas, hoy es posible la visita a este recinto que fue alcázar andalusí. Mención merecen las torres del andador del s. X y XI y su homóloga torre de doña Blanca que destacan en la columna arquitectónica de la muralla defensiva que antaño rodeaba la totalidad de este pueblo turolense, muralla que se comenzó a edificar en época musulmana alrededor del 965.


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El agua forma parte indiscutible en este magnífico entorno paisajístico donde tres ríos nacen entre las fronteras naturales de los montes Universales y la serranía de Albarracín. El río Guadalaviar, que a su paso por Teruel se convierte en el Turia junto al río Cabriel afluente del Júcar, nacieron aquí, en estas tierras, como lo hace el río Tajo, el más largo de los ríos ibéricos, que desde su nacimiento recorrerá 1008 kilómetros antes de desembocar en la vertiente atlántica, en brazos de la bella Lisboa. El agua dibuja y esculpe hermosos escenarios a su antojo sin detenerse ante nada. La fuerza de las torrenteras crea barrancos, cascadas y continúa rasgando arena y piedra en un trabajo tan agotador como infinito, humedeciendo paisajes vivos y en continuo cambio, como se puede contemplar en las Hoces de Calomarde, Barranco de la Hoz, Cascada Molino de San Pedro o los Estrechos del Ebrón entre las localidades de Tormón y el Cuervo.



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El agua está tan presente en este pueblo serrano turolense como la piedra roja que conforma su piel, como los pinos rodenos que más allá de las murallas defensivas, formaron hace milenios un ecosistema único. Sierra, agua, buena gente e historia hacen de Albarracín una ruta imprescindible para aquellos dispuestos a dejarse impactar por su belleza.


Aportes y Datos:

Albarracín

https://www.albarracin.es/

Turismo de Aragón

https://www.turismodearagon.com/ficha/albarracin/

Albarracín Turismo

https://albarracinturismo.com/

Turismo de la sierra de Albarracín

https://www.turismoruralsierradealbarracin.com/


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Comentarios

  1. Qué hermoso lugar para ser recorrido! Muy pintoresco. Un abrazo Jorge. Siempre es grato visitarte

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    1. Así es. Pasear por sus calles es una gozada. Disfrté mucho conociendo esta zona.
      Un abrazo.

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  2. Una pintura tu pormenorizada descriptiva escritura con la que me desasnás una vez más e invitás a pensar en conocer tamaño patrimonio de la humanidad, más allá de la inadmisible demora de UNESCO.
    Me queda claro que Albarracín es uno de esos lugares donde aún vive buena parte de la historia nuestra que ha llegado hasta aquí sin que el depredador progreso la vacíe de magia y secretos...

    Abrazo siempre agradecido, inspirador amigo.

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    1. Eres muy amable con tu comentario. Albarracin rezuma historia en cada piedra de sus calles.
      Un abrazo.

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  3. Hace años estuve allí, subiendo y bajando cuestas. Me hizo mucha ilusión conocerlo. Ahora lo vuelvo de nuevo a visitar, por medio de la belleza de tus fotos.
    Besos.

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    1. Las cuestas son tremendas, te pone las piernas en forma en dos minutos...
      Gracias por tu amable comentario. Un abrazo.

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  4. A veces me parece que el sultanato de los omeyas, o de los que corresponda, eran gente que le darían clase de ética a los fundamentalistas de la actualidad. Lo digo porque en esas ciudades convivían la mesquita con la sinagoga y la iglesia. Esto es impensable, por ejemplo en el actual Irán o el mismo Katar

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    1. Qué razón tienes amigo, imagina cómo sería si se entendiesen como en la gean y fascinante Toledo cuba de las tres culturas.
      Un abrazo.

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  5. Hola Jorge!
    A veces no reparamos en lo que tenemos cerca, se agradece la entrada. No he tenido el placer de pasar por allí pero desde luego me has despertado el interés.
    Un abrazo!

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    1. Pues de veras que te lo recomiendo. No sólo Albarracin, sino toda la región, qie ez una zona repleta de lugares hermosos.
      Un abrazo.

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  6. Te agradezco muchísimo, esta generosa aportación made in spain, que es un auténtico viaje al pasado, y que nos permite observar las semillas de lo que somos; y, que si no fuera por ti jamás vería, no solo por mi edad sino también por la altura, y pendientes, que me dan problemas respiratorios.
    Dicho esto, felicidades, amigo, y me alegro mucho del éxito de tu blog, porque es bueno que en este país, por fin aprendamos a valorar la excelencia.
    Un fuerte abrazo, Jorge.

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    1. Para poder ver la localidad en toda su plenitud, es cierto que hay que subir empinadas cuestas, y se hace difícil, después merece la pena disfrutar de las vistas y se comprende bien su emplazamiento y defensas amuralladas.
      Eres muy amable con tus palabras, seguro no soy merecedor de tanto elogio, aún así lo tomo con mucha estimación. Un abrazo amigo.

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  7. Es un lindo lugar parece salido de un cuento de hadas. Te mando un beso.

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    1. En España, por fortuna y aunque muchos son los que tratan de menospreciar nuestro país, contamos con un sin fin de lugares que para mí desprenden magia, y Albarracín es uno de ellos.
      Un abrazo estimada amiga.

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  8. Muy bonitas imágenes de este bello pueblo... Saludos

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    1. Es un pueblo, y toda la región, de gran encanto.
      Gracias por tus palabras, viniendo de una experta fotógrafa como tú es un gran cumplido.
      Un abrazo.

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  9. Un maravilloso pueblo que desde luego merece ser parte de la humanidad, las imágenes muestran su grandeza y belleza, vivir en el y poder disfrutarlo es un verdadero lujo que envidio, te felicito por la exposición extraordinaria con la que nos lo presentas ¡grandioso!,
    Gracias Jorge
    Un abrazo

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