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J.J.D.R.
La meseta de Jilf al Kebir, gran
barrera de maciza roca con una extensión similar a la de Puerto Rico, se eleva
alrededor de trescientos metros sobre el suroeste egipcio muy cerca ya de la
frontera con Libia. Es éste un lugar extraño. Antiguo y místico. Un rincón del
mundo en donde aún hoy día los beduinos, esos grandes viajeros capaces de
interpretar los vientos y las huellas de la arena, se alejan de ciertos “Wadis”
o valle cuando el silencio es roto por los susurros y cánticos de los “Djinns”,
espíritus o demonios del desierto que deambulan por estos parajes como
centinelas de senderos hoy perdidos en el tiempo y la memoria.
Atardecer en el Sahara, Foto subida de la red |
Así lo atestiguó el conde húngaro
Ladislaus Eduard Almásy o como gustaba le llamasen Lászlo Ede, cuando tras
media vida pasada entre las arenas del desierto africano describía las
experiencias de los beduinos cerca de estos valles de silencio y que él mismo contó
haber experimentado en alguna que otra ocasión. Lászlo, explorador insaciable,
recorrió grandes superficies del Sáhara Oriental entre los desiertos de Libia,
Sudán y Egipto y exploró territorios inexpugnables como espía al servicio del
ejército Alemán.
Lászlo Ede en la cueva de los nadadores, Foto www. bradshowfundation.com |
En una de sus muchas travesías se dio de bruces con un lugar
mágico, un rincón inigualable, un paraje insólito que está considerado la
“Capilla Sixtina del Sahara”, redescubriendo con su hallazgo en 1933 para la
arqueología y el mundo, las magníficas pictografías de la Cueva de los
Nadadores, descubrimiento que detallaría en su libro “Nadadores del desierto”
publicado en 1939. Una cueva de los nadadores ubicada en medio de uno de estos
valles de silencio alejada de rutas transitables por caravanas o sendas
viajeras y en cuyos alrededores algunos cuentan se sigue escuchando el lamento
o cántico de esos espíritus o “Djinns” que tanto respeto despierta entre los
beduinos del desierto.
Foto www.cadenaser.com |
La cueva de los nadadores perteneciente
al periodo más reciente de nuestra última glaciación conserva en sus paredes y
granítico domo, decenas, cientos de figuras neolíticas dispares que muestran un
lugar muy distinto al que hoy podemos contemplar, estando en ellas
representados animales como jirafas, antílopes, elefantes o avestruces, mezclados
entre seres humanos que nadan de un lado a otro de la cueva como flotando, en
una representación inequívoca de que esta zona desértica fue antaño un vergel
repleto de vida.
Detalle nadadores, Foto subida de la red |
Por doquier, manos de mujeres, hombres
y niños, quedaron impresas en perfecto negativo en la piedra y se observan con
nitidez haciendo sentir la presencia misma de sus antiguos creadores, aquellos
cazadores - recolectores, que utilizaron la cueva como morada y centro
neurálgico de su mundo ancestral, epicentro espiritual del clan, su camposanto
y su cuna, y el lienzo en donde plasmar sus quehaceres, alegrías, miedos y
ensoñaciones.
Foto www.nachoares.com |
Estudios geomorfológicos realizados en
2007 por el egipcio Emau Ghoneim logró identificar una región al norte de la
región de Darfur en Sudán de más de 30.000 kilómetros cuadrados bajo las arenas
del desierto, y puso en contesto la importancia geográfica del entorno del
Sahara en la época en la cual se asentaron los primeros humanos en la meseta de
Jilf al Kebir.
Detalle grabado manos, Foto subida de la red |
Foto es.wikipedia.org |
En la misma meseta de Jilf al Kebir y
dentro de la región de Gobernación de Nuevo Valle se halló otra maravilla
rupestre comparable a Altamira, otro Lascaux, una cueva neolítica que es un
enorme catálogo pictográfico que encierra enorme simbolismo al igual que mucho
misterio.
Foto www.reydekish.com |
La cueva de Las Bestias fue
descubierta en el año 2002 por los arqueólogos Massimo y Jacopo Foggini y Ahmed
Mestikawi. Con más de 5000 imágenes de gran detalle, esta caverna que está
parcialmente al aire libre, es un auténtico tesoro para arqueólogos y
paleontólogos. Tiene unas dimensiones de 17 metros en su interior y unos 3
metros de altura. Sobre todo destaca la magnífica preservación de los
pigmentos utilizados que hace que las pinturas aún mantengan gran parte de su
colorido original. Por todas partes se pueden observar seres humanos que
parecen bailar y flotar o nadar rodeados en todo momento por extrañas bestias.
Foto www.clarin.com |
Estos peculiares seres enormes, llamados “bestias”, fueron representados con
forma de felinos, con una gran cola larga
y patas que terminan en pies humanos. Aunque lo que más llama la atención es
que todas carecen de cabeza y aún algunas de estas representaciones parecen
devorar o vomitar figuras humanas. El conjunto de esta cosmología de figuras extrañas
se realizó en tonos rojos, amarillos y ocres, fundidos en negro junto a manos
de diversos tamaños.
Foto www.ksta.de |
Las más pequeñas de estas huellas, las cuales quisieron
ser identificadas como de recién nacidos por su pequeño tamaño, han sido
epicentro de diversos estudios, siendo de especial consideración el estudio realizado
por la antropóloga Enmanueelle Honoré, quien planteó la posibilidad de que no
fueran humanas. Tras realizar comparativas en primer lugar con ciertas especies
de primates y monos, está convencida de que se trata de las huellas de las patas
delanteras de algunos saurios como el lagarto monitor las que más se ajustan al
patrón dejado en esta cueva. Aún es tema de debate, pero no deja de ser
curioso, como lo es que en el techado de la cueva aparezcan pies gigantes grabados
a más de tres metros de altura.
Detalle cueva de las bestias Foto subida de la red |
La ubicación de la cueva de las
bestias es de complicada localización. No es tan popular como la de los
nadadores y su conservación ha sido mucho mejor. Su protección es de suma
importancia y para poder realizar una visita es necesario solicitar un permiso militar
especial e ir acompañado de la policía.
Foto www.metro.co.uk |
Lo que hoy es tierra yerma y árido
horizonte, antaño fue valle fértil y vergel de vida. Aquello que el sol hoy
quema y ennegrece fue plácida sombra y manantial de frescos atardeceres, refugio
para nuestros antepasados, quienes bordaron la piedra de huellas y sombrearon
las paredes de sus moradas con escenas de sus vidas, dejándonos como presente, relieves y
grabados como un legado que tratamos de descifrar para lograr entender quienes
fueron y cómo vivieron estos misteriosos nadadores del neolítico y de nuestra
historia humana.
Aportes y Datos:
Nacho Ares
Arqueologia en Red
El Rincón de Sele
Clarín
Wikipedia
Reydekish
ARQUEOLOGÍA
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Comentarios
Hola Jorge!
ResponderEliminarCelebro que estés de vuelta. Siempre un placer leer tus interesantes entradas. Gracias por la información y los enlaces.
Saludos!
Hola Fran, deseo que estés bien y me alegra que te resulte interesante. Saludos.
EliminarUna maravilla de artículo. Gracias. Saludos desde Brasil
ResponderEliminarGracias a ti por venir y dejar tu huella amiga. Un placer y saludos Alí.
EliminarDesconocía la existencia de este lugar y me ha parecido realmente mágico. De alguna forma, me ha refrescado los recuerdos de juventud cuando visité Altamira.
ResponderEliminarSaludos.
Me agrada saber que he podido contribuir en algo al dar a conocer éste sitio tan significativo. Eso sí, mi envidia sana al saber que tuviste la oportunidad de conocer de primera mano Altamira...eso sí que ha de ser algo extraordinario.
EliminarGracias por tus letras Francisco...un saludo.