J.J.D.R.
En la cima de un nevado roquedal del
macizo del Altái, un joven pastor kazajo sostiene sobre su brazo una enorme
águila dorada. La estampa del hombre y el ave es, en sí misma, la pose de un
recuerdo tan antiguo como eterno, referencia atemporal que ha ejercido sobre el
ser humano la mística del reino animal. El resultado de la estrecha simbiosis
entre hombre y ave es consecuencia de siglos de observación de los movimientos
y destrezas de las rapaces así como de la utilización de las experiencias
vividas durante milenios y que constituyen todo un tratado de sucesos cetreros.
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PASTORES KAZAJOS |
El joven pastor kazajo es un Berkutchi,
nombre con el que se denomina a los cetreros, auténticos maestros de la caza
con aves. El joven es el varón de menor edad de su familia y, como manda la
tradición de su pueblo, el responsable de adquirir los conocimientos necesarios
para el arte de la cetrería y el encargado llegado el momento, de hacer lo
mismo con su descendiente más pequeño. Generaciones de Berkutchis durante
milenios han trasmitido estos conocimientos que se han de poner en práctica
para conseguir que una de las aves más impresionantes del reino animal consiga
convertirse en un aliado competente y eficaz, esencial para la caza en
latitudes inhóspitas y crueles como son la frontera natural que conforma el
macizo del Altái, división natural de China, Rusia, Mongolia y Kazajistán.
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Foto www.enbuscadelosnomadas.blogspot.com |
Los pastores kazajos son de origen
túrquico, descendientes de Gengis Khan, que terminaron huyendo de las estepas
con sus ganados tras las guerras que enfrentaron en el siglo XVII a diferentes
etnias tribales en el norte de Asia central, sobre todo en Rusia y China. Kazajo
significa” hombre libre” y como hombres libres, recorren las tierras del Altái,
al oeste de Mongolia, buscando nuevos pastos para sus rebaños de yak y ovejas. Son uno de los últimos pueblos nómadas de la
Tierra. Cabalgan en sus pequeños y fuertes caballos en busca de pastos nuevos llevando
a cuestas todo lo que necesitan para subsistir. Nómadas del frío y del hielo,
los pastores kazajos, son un pueblo que se rige por costumbres ancestrales en
las que el respeto, la humildad y la hospitalidad, son base fundamental de la
idiosincrasia del pueblo.
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ÁGUILA REAL |
El clima inhóspito, cuyas temperaturas descienden
hasta los cuarenta grados bajo cero, no es impedimento para que estos valientes
y aguerridos humanos vivan en condiciones de supervivencia extrema. Su vida se
entiende como parte de una conciliación continua con la naturaleza que les
rodea. De sus rebaños obtienen la leche, pieles de abrigo, carne, e incluso en
los meses de invierno y cuando quedan aislado para el comercio, utilizan los
excrementos de yak como combustible. Las yurta son cabañas de piel con forma
circular y es su hogar, refugio que trasladan de un lado a otro cuando los
pastos escasean y han de recorrer cientos de kilómetros para alimentar sus
rebaños a través de las heladas montañas y las frías estepas asiáticas.

Ser berkutchi
hoy día es una rara excepción. Apenas unos trescientos hombres continúan
cazando como lo hacían dos mil años atrás sus antepasados. Y es una gran pena.
Pues, si hay una forma realmente pura de de cazar respetando la ley cinegética natural,
es sin duda alguna la que engloba en todo su argumento práctico y cultural el
bien llamado “arte de la cetrería”.
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UNO MÁS DE LA FAMILIA |
Porque si hay una manera noble de
llegar a la completa ganancia de interés entre hombre y animal, éste es el caso
de la caza con rapaces, momento en el que el lance en sí se convierte en un
duelo natural entre predador y presa sin otro medio discordante que el de sus
propias habilidades naturales. Mejor que yo, indiscutiblemente, lo dejó escrito
en su prólogo a la segunda edición de su tratado de cetrería, el que ha sido
para mí el mejor exponente del arte cetrero y el mejor divulgador en defensa de
la naturaleza, Félix Rodriguez de la Fuente:
“Y al ganar la amistad de una criatura
salvaje que volaba libremente para volver con espontaneidad a mi mano,
conquisté también algo mucho más importante; el respeto a la libertad de todos
los seres vivos y la repugnancia más profunda ante todo lo que signifique dar
muerte a un animal mediante los procedimientos ventajosos y poco deportivos
empleados, todavía por desgracia, por tantos y tantos seres humanos que están a
punto de terminar con especies enteras sobre la faz de nuestro planeta”
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FÉLIX RODRIGUEZ DE LA FUENTE Foto www.rtv.es |
Los pastores Kazajos son cetreros
experimentados. Su vida y su cultura están estrechamente ligadas con la de sus
aves, a las que cuidan dentro de su yurta como si de un miembro más de la
familia se tratase. Suelen coger del mismo nido los pequeños polluelos en
verano o atrapan las aves de jóvenes utilizando redes. Por norma general
siempre son águilas doradas o reales, y siempre hembras, que son mayores en
envergadura y más hostiles.
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Foto www.traveldragon.com |
Un águila dorada es un ave formidable y, en la
región Holártica, la mayor rapaz y el cazador más temible del Altái. Su porte
es descomunal y su belleza todo un símbolo de alado poder. Los ejemplares
adultos pueden llegar a pesar siete kilos y alcanzar una envergadura de alas de
más de dos metros y medio. Sus garras son como enormes ganchos prestos a
desgarrar y su anaranjado pico una tenaza puntiaguda y rocosa.
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Foto maescentics2.medellin.unal.edu.co |
Para que el ave se adapte a su socio
humano, a sus olores, a los ruidos que ocasionan, las águilas duermen dentro de
la yurta junto a la familia y son criadas libres. Poco a poco y mientras se
alimentan, comienzan las excursiones al campo donde realmente comienza el
adiestramiento cetrero. Las patas del ave son sujetas con pihuelas y sobre la
cabeza se le coloca una caperuza a la que los Berkutchis llaman tomaga. Los
kazajos utilizan un guante de cuero reforzado que cubre casi la totalidad del
brazo y sobre el lomo del águila y el gorro del cetrero, se colocan penachos de
plumas de búho real como señal de respeto y manera de pedir protección a los
benefactores espíritus.

El ave es
transportada a caballo sobre un baldák, que no es otra cosa que un pequeño
poste anclado a la silla de montar y que sirve para que el ave repose tranquila
y el berkutchi pueda descansar su brazo. La primera etapa del entrenamiento o
Shahiru, se utiliza la pata de un conejo como señuelo considerándose lo
primordial conseguir que el ave regrese tras la captura hasta el puño. Durante meses de agotadoras jornadas, en las
que ave y humano pueden pasar varios días aislados recorriendo grandes
distancias, el ave está preparada para volar en cualquier circunstancia- sobre
el brazo de su adiestrador, ya sea a pie o a caballo- y lanzarse sobre la
sirga,- piel de zorro embadurnada y rellena que emula ser una presa-, y que es
arrastrada por lo caballos a toda velocidad. Cuando el ave rapaz abate la
presa, para que con sus garras y pico no destroce la pieza, se le enseña a que
obtendrá enseguida su recompensa, por norma general una pieza pequeña de carne.
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Foto www.3.uah.es |
Con el paso del tiempo, Berkutchi y
águila casi conforman una sola especie. El brazo del hombre se vuelve gatillo y
basta que sea alzado al aire para que la enorme ave sobrevuele el macizo rocoso
y se pierda en un velocísimo picado que puede superar los 160 kilómetros por
hora. Ningún animal que se mueva por la naturaleza hostil y cruel de los fríos
páramos de las regiones del Altái, es capaz de sobrevivir al ataque certero y
mortífero de un águila dorada. En los terribles meses de invierno, cuando todo
es cubierto por la nieve y apenas es posible salir a cazar, el águila dorada se
muestra infinitamente más eficaz que cualquier arma moderna, proveyendo de caza
al pastor kazajo- grandes piezas en ocasiones-, alimentándose durante largo
tiempo con dietas pobres, lo que las convierte en un socio esencial para la
supervivencia del pastor kazajo. La gran mayoría de presas del águila son
zorros, cuya piel tras ser vendida, les ayuda a adquirir víveres o enseres de
primera necesidad.
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Foto moehba.blogspot.com |
Estas rapaces, por su gran voluptuosidad y poderío, son
capaces de abatir un saiga, –bóvido que puede pesar más de cuarenta kg, siempre
hembras o jóvenes más pequeños-, muy rara vez pantera de las nieves y, aunque los
propios Berkutchis intentan evitarlo, lobos, por lo general ejemplares solitarios
y que ante el ataque de un águila han de emplear toda su destreza. Éste último
lance, por sí sólo, es muy significativo a la hora de imaginar el poder de
estas águilas.
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Foto www.cetreriaconaguilas.com |
La imagen de un lobo con sus fauces abiertas repletas de caninos
afilados y colmillos punzantes esperando poder atrapar con su mandíbula el
cuerpo del ave, nos puede hacer dudar de la posibilidad de que el lobo pueda
sentirse amenazado. Pero el águila, que ha caído de improvisto sobre el lomo
del carnívoro solitario, clava las garras de una de sus patas en el lomo y la
otra se aferra al hocico hasta que prácticamente termina asfixiándolo. Después
del dramático lance, el ave espera a que llegue su socio humano y este termine
la faena. Entonces llega el momento en el que parte del corazón del lobo es
dado a la rapaz como premio y muestra de respeto. De los casos documentados de
este lance tan extraordinario, apenas se detallan casos en los que el águila
haya salido herida o muerta.
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Foto www.bashny.net |
Las águilas son dejadas en libertad a
los diez años de edad. Con tan ejemplar apto de respeto, los Berkutchis
garantizan que esas aves volverán a criar y de esta forma el ciclo de vida de
la especie volverá de nuevo a reemprenderse. En los meses de septiembre y octubre, se
celebra la afamada competición de caza en Bayan- Olgii (Mongolia). Los Berkutchis
hacen acto de presencia engalanados con sus trajes de seda y adornando sus
caballos con arneses de plata y pieles de zorro. El espectáculo del veloz y
poderoso vuelo del águila está servido.
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Foto www.nationalgeographic.mn |
Pronto las bajas nubes serán testigo
del planear de decenas de maravillosas águilas cortando, con su veloz e
impetuoso vuelo el aire helado que azota las cumbres del macizo del Altái, mientras
a cientos de metros del suelo y sobre un pequeño roquedal sobresaliente de la
anodina y yerma meseta, un Berkutchi espera con paciencia y orgullo sentir el
poderoso batir de alas del rey del cielo aterrizando sobre su brazo.
Aportes y Datos:
Bibliografía
El Arte de la Cetrería (Félix Rodriguez de la Fuente)
Ocho leguas
http://www.ocholeguas.com/2008/12/09/asia/1228839678.html
Cetreria con Águilas
http://www.cetreriaconaguilas.com/
En busca de los nómadas
http://enbuscadelosnomadas.blogspot.com.es/
BBC NEWS
http://news.bbc.co.uk/2/hi/asia-pacific/4101887.stm
Viajar Asia
http://www.viajarasia.com/?s=cetreros+altai&submit=Buscar